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¿Por que los niños le temen a la oscuridad?

El miedo a la oscuridad en la infancia: sus causas y tratamiento




Después de varios días de cortes de luz, los inesperados apagones trajeron a la
memoria el
temor a la oscuridad que suele asomarse en los niños pequeños.


Este temor seguramente se vio incrementado por los prolongados cortes de luz que
ya no se relacionan sólo con "apagar la luz" al finalizar el día sino que se
viven desde el mismo momento en que disminuye la luz natural o aún permanecen en
aquellas viviendas sin ingreso de luz exterior.


Las especialistas de Momento Cero,
institución destinada a trabajar en la prevención primaria de la salud física y
mental de los individuos, intentando prevenir la enfermedad y los desórdenes
emocionales, elaboraron un informe sobre el Miedo a la oscuridad en la
Infancia.


La Lic. Emilia Canzutti, co-fundadora de Momento Cero, indica que "entre
los 3 y 8 años es común tener miedo a la oscuridad, está relacionado con el
desarrollo infantil, con el momento evolutivo.

Muchas veces se ve exacerbado por el exceso de películas, cuentos o juegos que
tratan de lo que puede suceder a la noche, a oscuras, mientras dormimos y nos
encontramos indefensos, solos y desamparados".


Por su parte, la especialista de Momento Cero, asegura que "es nuestra
imaginación la que activa los miedos más ancestrales al salir la luna.

A la hora de irnos a dormir, al despedirnos de mamá y papá, quedarnos solos,
señal que finalizó el día, no hay más juego para entretenernos y es el momento
en que se despiertan ciertos temores.

Cuando aparece éste miedo los padres no saben cómo resolverlo".


Frente a este panorama, surgen varios interrogantes: ¿será el camino dejar una
luz prendida? ¿Hasta cuándo? ¿Se va acostumbrar a dormir con ella? ¿Se superará
en algún momento?


Muchas de estas preguntas hacen que muchas
soluciones familiares se pongan en
marcha.


En este aspecto, "es importante diferenciar si se trata de dificultades para
ponerle fin al día o si realmente está asustado".


Al respecto, si lo que cuesta es finalizar con las actividades del día,
necesitará que los padres pongan un límite claro “se terminó el día es hora de
ir a dormir”.


Si descubrimos que está realmente temeroso se sugiere acompañarlo con un relato
cálido y comprensivo hasta que concilien el sueño.


Pueden dejar una luz tenue o un muñeco que acompañe, o simplemente una caricia
relajante. Por un tiempo necesitaran compañía hasta superarlo.

Confiados en el desarrollo hay un día que los niños dicen: “ya soy grande
apágame la luz.”


Es de destacar que el miedo a la oscuridad es normal hasta los 8 años,
aproximadamente.

Si permanece luego de esta edad hay que consultar con un especialista, lo mismo
si los invaden más de un objeto temido, si implica quedar paralizado, y cuando
los padres no saben qué hacer ante la situación.


Retomando el tema de los apagones, si bien no hay nada que indique que los
apagones pueden repercutir negativamente en este temor "normal", si pueden
reflotar
miedos superados, pero temporariamente.

Si el temor persiste, hay que consultar con un especialista.