Como
hombres del siglo XXI, ya nos hemos acostumbrado a la
igualdad de géneros.
Sabemos que las mujeres son igual de talentosas, capaces, e inteligentes que
nosotros. No obstante, cuando nuestra pareja comienza a ganar más dinero que
nosotros, puede producirse un cortocircuito —al menos en nuestro interior—.
Tal vez
tenga algo que ver con las generaciones de influencia patriarcal. En una de esas
sea porque nosotros, como hombres, hemos sido criados como proveedores,
cuidadores, y protectores. Cualquiera sea la razón, el ser humano tiene extraños
comportamientos hacia el dinero. Y cuando nuestras esposas o novias, de un
momento a otro, se convierten en el principal sostén económico de la relación,
pueden generarnos una ansiedad irracional.
Es cierto
que el aumento en sus ingresos puede traducirse en un nuevo y más amplio
departamento para los dos, o en un auto más moderno. Asimismo, su sueldo
suculento podrá ayudarte a salir de una deuda, o tal vez ambos podrían comenzar
a ahorrar para el futuro. Sin embargo, si no sabes cómo manejar su aumento de
sueldo, tus vaivenes emocionales podrían dañar seriamente la relación.
Respeta tu presupuesto
Simplemente
porque ella tiene más dinero ahora, no quiere decir que también tú lo tengas. Si
tu novia o esposa obtiene una suba salarial, ella podría querer tomarse unas
vacaciones más elaboradas o salir a cenar afuera más a menudo —lo que es
perfectamente entendible y razonable. Ahora bien: ella puede pagarlo, pero no
quiere decir que tú puedas pagarlo.
Desde
luego, puedes ponerte a su nivel y gastar tonto como ella, llevarla a comer a
lugares caros y realizar grandes compras, pero ésta es una receta segura para el
desastre. Hagas lo que hagas, no te dejes atrapar por un estilo de vida que no
puedes soportar. No intentes seguir el paso de sus gastos. Mantente apegado al
mismo presupuesto que tenías antes que ella viniera con su nuevo cheque de pago.
De lo contrario, terminarás teniendo problemas cuando deban salvarte de la
bancarrota.
No la molestes
Durante los
meses posteriores a haber recibido el aumento, ella podría dedicarse a gastar en
ropa, muebles, y artefactos. Seguramente vas a notarlo, y puede que te sientas
algo extraño cuando toque a tu puerta usando ese nuevo par de zapatos o ese
teléfono celular de última generación.
Tu
desaprobación podría estar motivada por tu frugalidad natural, o simplemente
podrían ser
celos.
En cualquier caso, si bien podrías pensar que sus gastos están fuera de control,
no te corresponde a ti emitir juicio. Aprender a manejar su aumento de sueldo no
significa que debas decirle cómo tiene que gastar su dinero.
En
consecuencia, no la molestes cuando haga sus compras, y nada de decirle que debe
ponerse a ahorrar para tiempos difíciles. Incluso cuando lo único que quieras
sea su beneficio personal, tus molestias y constantes objeciones te harán ver
como una persona mezquina e insignificante.
Ella lo quiere, ella lo compra
Si la tuya
es una relación seria, posiblemente ambos compartan algunos gastos,
especialmente si viven juntos. En tales situaciones, si aumento salarial podría
ser particularmente beneficioso para los dos. No obstante, también en estas
situaciones saber cómo manejar su aumento va a ser importante. Ahora que ella
tiene más dinero para gastar, ella podría querer un nuevo departamento, unos
muebles más bonitos, o un paquete de canales Premium en la televisión por cable.
Es
perfectamente entendible que ella quiera hacer uso de su nuevo ingreso, pero
asegúrate de que las cosas estén claras entre los dos: si ella lo quiere, ella
lo compra. No deberías hacerle pagar la mitad de tu nueva campera de corderito,
y su ingreso extra no quiere decir que puedas pasarte a la televisión satelital
sin consultar. Es su dinero y ella puede hacer lo que quiera con él.
Mejor, los gastos separados
Algunas
parejas realmente no se preocupan por quién gasta cuánto y en qué. Tal vez hayas
pagado la cena, y ella la gasolina. Tú pagaste los tragos el viernes, y ella
compró los boletos para el cine el sábado. Muchas parejas funcionan así; sin
hacer demasiadas cuentas. Posiblemente ambos gasten la misma cantidad de dinero
al fin y al cabo.
Sin
embargo, si tu pareja de pronto empieza a gastar significativamente más que tú,
mantener los gastos por separado podría ser una buena forma de manejar su
aumento. Si ella está ganando más dinero, posiblemente vaya a cubrir mayor parte
de los gastos conjuntos. Esto comienza con las comidas y el cine, pero antes de
que puedas darte cuenta ella estará pagando los tickets del avión y el cuarto
del hotel. Tal vez no sea una cuestión muy importante en un primer momento, pero
después de un tiempo ella podría comenzar a fastidiarse, y tú comenzarás a
sentirte un mantenido. En consecuencia, procura dividir al medio los
gastos conjuntos. Y en
cuanto a las grandes compras, si es que a ti te lleva un poco más de tiempo
juntar el dinero, pues que así sea.
¡Ya termínala!
La
mejor forma de manejar su aumento es, desde luego, no dándole importancia. El
dinero no es todo en la vida, y si bien un salario alto puede ser un indicador
de talento y éxito, definitivamente no alcanza para determinar el verdadero
valor de una persona.
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