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La visualización como proceso de curación

Tanto nuestras acciones como nuestros sentimientos dependen de lo que imaginamos que puede suceder en el futuro. Por ello, la visualización puede ser un gran aliado para mejorar nuestra autoestima y nuestro bienestar físico y espiritual

Herramienta poderosa, la visualización  

La mente ejerce mayor influencia entre nosotros, por eso vale la pena tratar de alcanzar la paz mental. El progreso material es importante pero debemos equilibrarlo con nuestra paz interior y  al alcanzarla seremos capaces de enfrentar situaciones con calma y madurez. 

Las emociones perturbadoras son las que mas afectan nuestra paz interior, todos esos pensamientos, emociones y sucesos mentales que reflejan un estado mental negativo o poco comprensivo inevitablemente socavan nuestra experiencia de la paz interior.  

Las emociones perturban nuestra paz interior y produce efectos agotadores en nuestra salud física. La cualidad mas maravillosa de la mente es que puede transformarse, y así se transforma la mente, superar sus emociones perturbadoras y alcanzar la paz interior. Y si lo logras ayudaras al mundo entero. 

Hay evidencia del uso de la imaginación en la medicina de la época aristotélica, y los alquimistas descubrieron que la visualización era una herramienta útil para modificar la realidad material del cuerpo 

La visualización como técnica de curación 

Esos antiguos descubrimientos han sido corroborados por investigaciones médicas recientes que apoyan la noción de que la visualización produce efectos sobre nuestro organismo. 

Jeanne Achterberg se refiere a algunos estudios que han demostrado:  

1) Aumento de la frecuencia cardiaca imaginando que estamos corriendo;

2) alteración del tamaño de la pupila, de acuerdo con la imagen que se esté visualizando;

3) notables cambios fisiológicos en los aparatos genitales masculino y femenino como resultado de la visualización de contenido sexual;

4) cambios en la frecuencia cardiaca, la tensión muscular y la resistencia de la piel ante imágenes de estímulos nocivos;

5) formación de ampollas y cambios cuantificables en la glucosa sanguínea y en la actividad gastrointestinal, según los diversos usos de la visualización; y

6) capacidad de la imagen para controlar diversos aspectos del sistema inmunológico. 

Los resultados fisiológicos de imaginar una escena placentera y no amenazante son disminución de la presión sanguínea y del ritmo cardiaco, y recuperación del equilibrio homeostático que mantiene el bienestar del organismo 

En cambio, cuando evocamos imágenes intensamente negativos (como recordar una experiencia traumática de la infancia), el corazón se acelera, aumenta la respuesta galvánica de la piel, y la respiración se hace más rápida, al igual que los movimientos oculares. 

La evidencia experimental obtenida recientemente sobre los efectos de la visualización en el funcionamiento emocional y corporal ha convencido a muchos médicos de avanzada de la conveniencia de utilizar métodos psicológicos y de renovar las antiguas técnicas terapéuticas de visualización. 

El importante cirujano Bernie Siegel describe un amplio enfoque para el tratamiento de los pacientes con cáncer, que incluye relajación, meditación, visualización e hipnosis.  

Como parte del programa de tratamiento, el Dr. Siegel alienta a sus pacientes a visualizar una respuesta activa de sus células sanguíneas blancas y T, frente a las células cancerosas descontroladas e invasivas.  

El Dr. Siegel afirma que la visualización aprovecha una peculiaridad del cuerpo humano: éste no puede distinguir entre una imagen vívida y una experiencia física real. 

Visualización y autoestima 

A diferencia de estos usos positivos de la imaginación, es bien sabido que en los estados de ansiedad surgen representaciones mentales negativas, y tanto las imágenes como los pensamientos negativos conducen a menudo a la misma disfunción que tememos.  

Cuando nuestro objetivo es afrontar la vida con entereza, debemos pensar positivamente y encontrarle a la imaginación usos positivos que faciliten el logro de nuestras metas y nuestros deseos.  

Cuando utilizamos la imaginación para combatir las dificultades cotidianas, adquirimos la habilidad de modificar los sentimientos innecesarios de impotencia y pasividad que con tanta frecuencia nos mantienen en la apatía. 

Generalmente esos sentimientos negativos se originan en la autocrítica, y conducen al deterioro de la autoestima. Las imágenes relacionadas con alguna clase de pérdida normalmente nos producen tristeza y una sensación de vacío.  

Otros sentimientos perturbadores, como la ansiedad, surgen cuando imaginamos pérdidas reales o potenciales 

No es exagerado insistir en que nuestros sentimientos y acciones guardan una estrecha relación con lo que IMAGINAMOS que es verdad acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.  

Uno de los principios fundamentales de la psicología cognitiva es que las expectativas desempeñan un importante papel en los procesos internos. Tanto nuestras acciones como nuestros sentimientos dependen de lo que imaginamos que puede suceder en el futuro. 

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