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El retiro y la seguridad económica de las parejas de hecho

Sin los beneficios legales del matrimonio, las parejas que viven juntas tienen que tomar medidas adicionales para asegurarse sus derechos financieras. Aquí le mostramos todo lo que usted debe considerar, incluyendo el seguro, los impuestos y el cuidado médico.

 


Las parejas que no se hayan casado, sin importar cuan cercana sea la relación y
cuánto tiempo hayan vivido juntos, no tienen los mismos derechos legales que sus
pares casados. En casi cada área de las finanzas personales –jubilación, cuidado
médico, impuestos, y seguros- los no-casados necesitan trabajar mucho más para
lograr las ventajas que consiguen automáticamente los casados.


Si usted está en una pareja en la cual por ahora no planean casarse, una recién
formada pero adulta pareja que teme que la
relación legal afecte sus beneficios
o la herencia de sus hijos, o una relación entre dos personas del mismo sexo que
no se puede casar legalmente, las temas a los que debe hacer frente y las
medidas que tiene que tomar son muy diferentes a las de los casados. Todas sus
voluntades deben estar especificadas en algún documento.


Considere, por ejemplo, hacer una planificación básica, avalada siempre por
documentos jurídicos. Un testamento es también fundamental para quienes vivan en
concubinato ya que sin él, la pareja no heredará cualquiera de sus activos, sino
que su propiedad pasará automáticamente a la línea de parientes en la orden
especificada por la ley del estado, yendo posiblemente a padres o a hermanos con
quienes usted no ha hablado en años. Y su pareja puede no ser nombrada como
tutor de sus hijos, incluso si él o ella han estado ayudándolo a criarlos.

¿Qué sucede con los temas relacionados con la salud?


Las personas casadas tienen generalmente la posibilidad de decidir los cuidados
médicos de su pareja, si es que el afectado encuentra inhabilitado para hacerlo.

Pero las parejas en concubinato no tienen ninguno de tales derechos sin un poder
escrito de cuidado de salud, incluso si han estado viviendo juntos por más de
diez años. Los solteros no pueden incluso visitar a su pareja en el hospital si
es que las visitas se restringen solo a la familia más cercana.


Un poder judicial durable para el cuidado médico (también llamado un poder de
cuidado de salud) otorga a su pareja la autoridad de tomar decisiones médicas
por usted si esta incapacitado para hacerlo, y puede también especificar que se
permita a su pareja visitarle en el hospital.

Una directiva separada del cuidado
de salud expresa sus deseos sobre la ayuda a quien le sobreviva. Algunas parejas
toman sus poderes de cuidado de salud cuando viajan.


Estén o no casados, las parejas deben emitir poderes durables para un abogado,
los cuales le dan a una pareja el derecho de tomar las decisiones financieras
por el otro, algo que es determinantemente importante para las parejas en
concubinato, que no serán tenidas en cuenta como los maridos y esposas, y podrán
obtener menos acceso a información financiera de su pareja.


Poseer activos en común puede presentar problemas de impuestos para las parejas
no-casadas que vivan juntas.

Sociedades legales


Pese a raras excepciones, las parejas de hecho se consideran casi siempre dos
personas separadas para los propósitos impositivos. Usted debe clasificar para
pagos individuales, que podrían ser significativamente menores si poseyera las
propiedades o los negocios de forma conjuntas.


La propiedad de valores financieros en forma separada pueden presentar problemas
referidos a sus impuestos, puesto que las parejas casadas pueden dividirse los
impuestos imponibles a sus declaraciones juradas, mientras que los no-casados
están sujetas a los mismos condicionamientos que cualquier persona no casada,
por lo que podrían a llegar tener que pagar, cada uno, el mismo impuesto para
una propiedad en común.

Las complejidades de la propiedad común


A primera vista, es posible que parezca que poseer la casa y otras propiedades
de forma común y con derechos de posesión total para el sobreviviente, podría
ser una manera conveniente de asegurarse que los activos pasarán automáticamente
a su pareja.

Pero sepa que el tema de las propiedades nunca es tan simple como
suena. Suponga que compran una casa en forma conjunta, pero uno de ustedes pone
el 40% del pago y el otro pone el 60%.

Si en algún momento se la quiere vender,
los beneficios serían divididos en un 50 y 50. Sin embargo, con los acuerdos
domésticos de pareja, usted podría legar la parte que ambos prefijen (40 y 60 en
este caso) a su pareja o a cualquier otra persona que ustedes nombren.

Eche una ojeada al tema de los seguros


A menos que su empleador le ofrezca beneficios de seguro médico con cobertura
para su pareja, usted no puede agregar a su pareja a su cobertura mientras no se
hayan casado.

Para conseguir este beneficio sin estar casado a veces es
necesario firmar una declaración jurada que indique que se vive en concubinato.
Luego, para mantener la cobertura, se tiene que reafirmar la relación en una
declaración jurada anual.


Una cosa que usted puede hacer generalmente con facilidad, es agrega a su pareja
como beneficiario en algún tipo de seguro, para que cuente con cierta cobertura
frente a algún problema que usted pueda llegar a tener.

Consideraciones para la planificación del retiro


Cuando una pareja se casa, uno de los miembros que no trabaje puede recibir las
ventajas de Seguridad Social basadas en la certificación de las ganancias del
otro miembro. Las parejas no-casadas no tienen esa opción. Si por ejemplo uno de
ustedes deja su trabajo para criar a los niños del hogar, necesitará hacer un
esfuerzo adicional de obtener una pensión.

En algunos países, la Seguridad
Social otorga los beneficios que disponen las leyes de matrimonio comunes si se
demuestra que una pareja del sexo opuesto ha permanecido junta por varios años,
pero es difícil que esto suceda en una pareja del mismo sexo.


Es relativamente fácil nombrar a una esposo/a como beneficiario de una
jubilación o de un plan de capitalización o seguro de retiro, pero su plan de
retiro puede no dejarle nombrar a un concubino como beneficiario.

Si ése es el
caso, usted puede nombrar a un poder como su beneficiario y entonces nominar a
su pareja como el beneficiario de ese poder, o bien considerar adquirir un
seguro de vida adicional para llenar el agujero.


Las parejas más adultas son a menudo renuentes a casarse porque no desean ser
financieramente responsables de los potenciales gastos de cuidado por enfermedad
en que su pareja pudiera incurrir. Si una pareja no se casa, sólo la persona que
entre en la clínica de reposo deberá pagar con sus activos antes de que su obra
social haga el reintegro. Los activos de la otra pareja no se consideran.


Pero esta estrategia puede no ser la más indicada. Si la pareja posee una casa
en forma conjunta y el miembro enfermo necesita vender su parte, el miembro sano
puede tener que mudarse obligatoriamente a menos que él o ella tenga bastante
dinero como para comprar la parte del otro.

La casa no está protegida por una
ley de matrimonio, como en las parejas casadas, y si uno de los dos desea
venderla, puede hacerlo sin problemas. Para evitar tal situación, los expertos
recomiendan que ambos miembros adquieran un seguro de cuidado médico a largo
plazo, para no tener que preocuparse por tener que llegar a gastar sus activos.


Para las parejas que viven juntas, un acuerdo de cohabitación puede ser aún más
importante que un acuerdo prenupcial para quienes piensan cansarse. Para los
casados, hay leyes de divorcio y de alimentos para los hijos, así como para los
activos maritales, pero no hay tales leyes si una pareja soltera se separa. Si
los no-casados no especifican por escrito en que forma dividirán sus bienes en
caso de separación, podría haber una tortuosa -y pública- batalla legal.


Un acuerdo es particularmente importante si uno de los miembros no trabaja fuera
del hogar. En estos casos, una persona pone todo el dinero que gana y la otra
pone todo su trabajo para cuidar la casa, y con un acuerdo de cohabitación, se
crea una manera de compensar el trabajo individual de cada uno.


Este podría ser por ejemplo el caso de una pareja de no-casados en la cual la
mujer contribuye con el dinero que gana en su trabajo como gerente de un banco,
y el hombre, que es muy hábil en la carpintería y en la construcción, está
aumentando el valor de la casa.


Si se separan, tasaran la casa nuevamente y la diferencia se dividirá entre cada
uno o entre sus herederos.


Es importante que todas las personas consulten con un abogado para repasar
cualquier acuerdo de cohabitación y evitar los habituales conflictos de interés
en caso de separación.