– Los elementos de decoración como ornamentos, luces y guirnaldas son
juguetes atractivos pero peligrosos, que pueden provocar fuertes dolores de
estomago e incluso una perforación intestinal.

– Plantas ornamentales como el muérdago y acebo son venenosas para los
animales, igual que la nieve artificial.

– De ser posible, rocíe todos los elementos peligrosos con algún
repelente de animales.

– También hay que tener cuidado con las mascotas que aman mordisquear los
cables. Fíjelos o cúbralos para evitar quemaduras o golpes de electricidad.

– Y no hay que olvidar fijar el arbolito de
Navidad
para evitar que caiga
encima de su mascota, fijando la parte superior de la copa a la pared con una
cuerda resistente.

– No pierda la cabeza con la alimentación de su mascota (ni con la suya). Dele alimentos nutritivos y adecuados a sus estómagos sensibles. Los huesos
pequeños pueden “atorarse” en alguna parte de su tubo digestivo y provocar
una obstrucción.

Las migas y restos de comida que caen de la mesa,
especialmente los que incluyen piel de pollo o pavo, pueden provocar importantes
trastornos gastrointestinales.

– Evite sobre todo el chocolate, pues contiene una sustancia, la
teobromina, que puede ser fatal en grandes dosis.

– Selecciones juguetes para mascotas que sean seguros, sin ángulos agudos
o afilados ni parte removibles que puedan ser ingeridos o desmenuzados.

– Deles el mejor regalo de todos: su tiempo. Hágase un momento para jugar
y ocuparse de él.

– Las mascotas son una gran compañía, pero no deben ser dados a la ligera
como regalo navideño. Entregue una “promesa” de donación por escrito al
potencial receptor, para darle tiempo de pensarlo y decidir si quiere hacerse
cargo de una mascota y si la que usted le ofrece es la que más le conviene.

– Piense en los animales menos afortunados que el suyo.
Adopte animalitos abandonados, done los elementos que le parezcan útiles a algún
refugio para animales o denuncie los casos de crueldad con los animales que
lleguen a su conocimiento.