Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Isla de Capri, la perla del sur de Italia

Paisajes paradisíacos, construcciones históricas, funiculares, diversión nocturna, y la posibilidad de tener todas estas atracciones a mano, sin necesidad de hacer grandes recorridas ¿Qué más puede pedir un viajero?

La región napolitana
conocida como Campania posee una de las costas más maravillosas de toda Italia,
incluyendo una gran variedad de islas mágicas, muchas de ellas repletas de una
rica herencia rica de ruinas antiguas.

La isla de Capri, anclada
en las azules aguas del
Golfo, y considerada en la época romana como un "lugar
dado por la naturaleza para al descanso del espíritu y el placer de los
sentidos", es una de las preferidas por todas las personas que desean abandonar
el continente para dirigirse a ellas, en un paseo que no necesita de más de un
día para ser recorrido a pleno.

 Desde el puerto del
continente, se embarca un ferri con destino al puerto principal de Marina
Grande. Luego se aborda el funicular para llegar a Capri, y es entonces cuando
uno se da cuenta que ya no está más en su ciudad…

 En ese momento gran parte
de la bella costa del continente de Italia se asoma ante los turistas, así como
las paradisíacas islas Faraglioni.

Bien debajo, el agua parece una alfombra azul
con una perla en el medio: las olas de la orilla de esta fantástica isla, donde
a medida que se llega se puede divisar la Piazzeta, dominada por la Torre del
Reloj y antiguo Palacio del Arzobispado. Desde esa gran posición, usted
realmente creerá que hay algo mítico sobre todo esta área.

Capri fue centro del antiguo poblado
medieval, y desde ese entonces se ha venido reuniendo la alta sociedad desde la
época romántica. En la actualidad, continúa siendo lugar de encuentros de los
personajes del jet-set.

Las atracciones naturales
y comerciales de Capri tienen más de lo que cualquier viajero podría buscar. La
isla abunda en arboledas de olivas, acantilados, colinas, y grandes terrazas de
jardines desde los que se puede ver todo el azul del mediterráneo.

A la
distancia, se logra también contemplar las magnificas ciudades de Nápoles y Mt.
Vesuvius, rodeadas por blancos ferris y aliscafos que cruzan todos los puertos,
así como la Marina Piccola, las Islas Faraglioni Y Punta de Tragara.

El hecho de que casi
todas las trayectorias sean cortas y fáciles de realizar sin ningún vehículo,
ofrecen la posibilidad de explorar la isla a pie, atravesando los los Jardines
de Augusto, iglesias, antiquísimos chalet, ruinas, y toda clase de
construcciones históricas.


 Capri tiene dos lugares
principales, el primero es la Ciudad de Capri, que se encuentra en la mitad este
de la isla. Un funicular asciende del centro de la ciudad hasta el puerto de
Marina Grande, desde donde zarpan los ferris y aliscafos. La otra parte es
Anacapri, que se encuentra en la parte más alta de Capri, por lo que se debe
llegar en autobús o taxi.

Anacapri tiene una elevación de 980 pies y es la que
cuenta con más vida nocturna entre las dos.

 Tanto Julius como
Tiberious Caesar construyeron residencias de verano en Capri, pero año a año
varios turistas que visitan la isla siguen sus pasos, y compran o construyen una
residencia propia para pasar sus veraneos. Según afirman los especialistas,
Tiberious construyó doce chalet en la isla.

 Sin dudas el que más se
destaca, tanto desde lejos como desde cerca, es el Chalet San Michele,
construido en un altiplano sobre la isla de Capri. La vista que se tiene hacia
el este desde ese lugar, a través del puerto Marina Grande es, sencillamente,
impactante. Hoy en día, el chalet es un museo y un lugar a visitar en cualquier
itinerario.

San Michele fue
construido a principios de 1896 por el médico y autor sueco Axel Munthe. Su
estilo arquitectónico, es una mezcla de elementos de varias culturas y eras,
cada una de ellas según las propias instrucciones de Munthe.

Cuando comenzaron
las excavaciones para construir el San Michele, fueron encontrados restos de una
ciudad romana, que todavía pueden ser vistas.

Muchas de las esculturas clásicas
de la ciudad fueron recuperadas del fondo del mar de Capri, hacia donde fueron
lanzadas (quizás durante la celebración por muerte de Tiberious) cientos de años
atrás.

El Dr. Munthe escribió una controversial memoria sobre esta inusual
residencia. El libro, que fue muy elogiado por sus contemporáneos, es en parte
un producto de la sola imaginación de Munthe.

 Mucha gente elige como
favorito el chalet Jovis, (chalet Júpiter) el más grande y preservado de todos
los chaletes romanos en la isla. En su apogeo, el chalet era un complejo que
incluía cuartos imperiales, magníficos pasillos y baños y extensos jardines. 

Razones para visitarla no
le faltan. ¿Qué está esperando para sacar su pasaje?