La felicidad, la satisfacción y la motivación surgen a partir del sencillo reconocimiento. Uno de los grandes errores cometidos en la industria, consiste en suponer que cuando un individuo alcanza un éxito razonable disminuye su necesidad de reconocimiento.

El hombre de éxito sigue siendo un ser humano, con todas sus necesidades normales y la mayor de éstas es el reconocimiento. El que vuela alto lo necesita como el que acaba de empezar.

El reconocimiento es un factor vital si queremos conservar a todas las personas a las que ha patrocinado nuestra red. El contacto personal, el compromiso y el aprecio de las necesidades humanas fundamentales, son habilidades que debemos fomentar siempre.

Como sucede con todas aquellas situaciones en las que participa un gran número de personas, el conservar a esas personas constituye un problema permanente, pero eso deja de serlo si prestamos la debida atención a lo siguiente:

Construir en profundidad, con unos cimientos seguros, hacerlo todo cuidadosa y correctamente, mantenerse en contacto permanente y dar a la gente el reconocimiento y el elogio que se merece por hacer bien las cosas.

Tenemos que usar siempre los mejores materiales de construcción disponibles y animar a todos aquellos a los que patrocinemos a hacer lo mismo.

Establezca el ejemplo correcto, mantenga los estándares, asegúrese de que sólo se emplean los mejores materiales y estará construyendo una estructura fuerte.

Y, para que siga siendo fuerte, recuerde que siempre debe reconocer el logro de los demás.

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