La
respuesta está en empezar cuando tienen pocos días de vida.
El
equilibrio psíquico del cachorro, su perfil caracterológico, se define entre los
21 y 27 días de vida. En esos días es cuando el cachorro adquieren su impronta,
con la que podrá diferenciarse del resto de los cachorros de esa camada.
Pero -como muchos saben- lo que también define al perro es el entorno en el cual
se lo cría.
Después de los 45 días -cuando es separado de su madre- el cachorro sufre
cambios importantes, como cambio de hábitat, reconocimiento de voces, ruidos,
luces, etc.
Estos
cambios alteran sus reacciones, por eso muchos cachorros en esta etapa
comienzan a llorar, a morder todo lo que se les cruza, a romper cosas, a jugar
todo el día, etc.
Siempre
es bueno que el cachorro se críe junto a niños pequeños, porque al compartir la
etapa de la “infancia” ambos desarrollan un vínculo muy profundo que se
mantiene a medida que van creciendo.
También
es importante que comiencen su educación sin represión, es decir sin castigos
excesivos, que además de inútiles (ya que el cachorro seguirá haciéndolo) pueden
dañar al animal y causarle serios problemas debido a su débil estructura
psíquica.
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