Han
pasado varios años y Carmiña y Manolo no pueden tener bebés. Les recomiendan
ir a Londres a consultar al mejor ginecólogo del mundo.
Van a Londres y el médico por medio de señas (no habla español, ni ellos inglés)
les hace entender que tienen que hacer el amor delante de él para examinar muy
bien la forma en que lo hacen, etc..
Los García, que tienen un montón de ganas, empiezan a hacer el amor delante
del doctor. Se ponen a ello con todo su brío, y el doctor se queda allí,
mirando, observando atentamente, desde cada ángulo, cada posición, arriba,
abajo, derecha, izquierda…. hasta que por fin dice: “STOP!” (eso se
entiende en cualquier lengua, por lo de la señal de tráfico).
Se sienta en su mesa con aire interesante, y extiende la receta sin mediar
palabra (¿para qué, si ellos no hablan inglés y él no habla gallego?). Súper
contentos vuelven ellos para su ciudad natal y van corriendo a la farmacia de
guardia nada más llegar para pedir su receta.
–
Buenas noches….
–
Buenas – ¿tiene usted Triteoterol?
–
¿Como dice????
–
SI, TRI-TE-O-TER-OL
–
Triteoterol, Triteoterol… no me suena a nada.
–
Oiga, se lo juro, que venimos ahora mismo de Londres y nos lo ha recetado un
superdoctor.
La
mano del farmacéutico sale del agujerito de “guardia” y les pide:
– “¿A ver la receta?”.
Perplejo, el farmacéutico les dice…
–
“Creo que habéis leído mal…. Aquí pone en inglés: ¡¡¡¡¡TRY
THE OTHER HOLE!!!!!! (Intente por el otro agujero)”.
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