Un tema difícil de investigar y reflexionar es la lujuria, pero con este texto
se echa un poco de luz sobre las múltiples preguntas que suscita….
¿Qué es la lujuria? ¿Qué significa la lujuria? Todos sabemos que está
relacionado con la vida sexual, pero ¿A cualquier actividad sexual se le puede
catalogar de lujuriosa?
Si la respuesta es: ¡no! ¿En tal caso a que
actividad sexual se le cataloga de lujuriosa y a que actividad sexual no se le
cataloga de lujuriosa? ¿Quién las califica de lujuriosas? A
estas preguntas pretendo dar un poco de
luz. Sólo eso,
un poco de luz.
La
lujuria es un concepto no médico, ni psicológico, es un concepto religioso y
social. Ya que la definición que existe de lujuria es una definición religiosa y
social, propongo la siguiente definición :
Lujuria:
con éste término se señala a una persona que tiene un pensamiento y/o impulso
obsesivo sexual, y que por razones sociales legales o religiosas no actúa para
no ser castigado, cuando actúa será castigado ya sea por las leyes
legales, o las religiosas y/o las psicológicas, más no, por las biológicas. Dr.
Pedro Cortines H.
Es por
eso que dentro del concepto tradicional de lujuria caben actualmente todas las
perversiones sexuales actualmente llamadas parafilias y todos los delitos
sexuales.
Y podemos ampliar diciendo que en la vida cotidiana, mucha gente por sí misma, incluye a los deseos y respuestas sexuales
normales. Para mí esto último es producto de la ignorancia.
Considero
que antes de 1900:
a)
socialmente a todas las actividades sexuales que se daban fuera del
matrimonio
se les consideraba actividades lujuriosas. El matrimonio era el único lugar
donde se permitía la actividad sexual .
b) aún
dentro del matrimonio la vida sexual tenía ciertas limitantes de las
cuales hablaré más adelante, es decir, dentro de la misma vida sexual conyugal
algunas expresiones y respuestas sexuales eran consideradas lujuriosas.
c) Y es
que la lujuria se enfoca tanto al deseo como al
placer que se obtiene dentro de
la actividad sexual, se enfoca al placer sexual.
Cada vez
que escribo de una emoción o de un sentimiento (envidia, amor, celos, odio,
enamoramiento, etc.) implica que a su vez me tengo que analizar y ésta otra
emoción tampoco es ajena a mí, de esto estoy plenamente consciente, gracias a
Dios soy un ser terrestre y no niego ni reprimo mis emociones y mi vida sexual.
Hablar de
lujuria entonces, es hablar del deseo sexual y del placer sexual.
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