Atenuar la tensión y adaptarse al medio lo más pronto posible son las claves para superar bien nuestros primeros días en un
empleo nuevo.

Primero debes realizar una documentación previa sobre la organización y el rendimiento económico de la empresa, recopilando publicaciones y asistiendo a conferencias relacionadas con la casa para la que vas a trabajar.

Una vez documentado, algo tan sencillo como prestar atención a tu entorno es una buena base para adaptarse a una nueva empresa. Conoce por qué reglas se rige la empresa, cuáles son las costumbres de la oficina y cómo se llevan a cabo.

Consultar y preguntar a los nuevos compañeros siempre que se tenga alguna duda, pero sin intentar crear un vinculo personal o tratar de mostrarse como un potencial amigo,

pues todavía es pronto para crear
vínculos personales.

También es conveniente la comunicación con tus superiores para darles a conocer tus progresos durante esos días. Pero no te exijas un ritmo de trabajo muy alto, es normal que los primeros días no rindas al nivel de siempre, mejor así, porque si aprietas mucho, corres el riesgo de equivocarte.

Piensa que todavía pisas un terreno desconocido para ti. Tras el periodo de adaptación trabajarás según tus posibilidades reales, mientras tanto, no dudes en pedir ayuda, sin miedo a que los demás te juzguen.

Es imprescindible no sentirse forzado, ya que una actitud impuesta se va a notar.

En resumen, durante los primeros dos meses, procura absorber mucha información de tus superiores y de tus compañeros.

Es muy importante que apartes de ti la
arrogancia y que adoptes una actitud humilde, de esta forma aprenderás todo lo necesario antes de demostrarles tu alto ritmo de trabajo.

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