La
Acupuntura surge como tratamiento terapéutico hace unos cinco mil años, tiene
un origen japonés y desde hace setenta y cinco años se ha venido desarrollando
en Occidente con verificación científica.

A través del trabajo con el reflejo
víscero-cutáneo, estimula y seda puntos del cuerpo mejorando la salud. De esta
manera, evita los efectos secundarios nocivos de la
medicina tradicional. Es
inofensiva y muy potente en términos energéticos.

Es
un procedimiento muy eficaz en la mayoría de los procesos de alteraciones en
las funciones orgánicas, es decir, cuando aún no se instaló la enfermedad en
un órgano determinado (sólo hay una falta de equilibrio en su funcionamiento),
y en algunos casos lesionales (cuando el órgano ya padece una enfermedad).

La
experiencia muestra que la acupuntura es un método terapéutico muy efectivo en
diferentes trastornos como: Cefaleas, Congestiones, Contusiones, Calambres,
Espasmos gastrointestinales y uterinos, Lumbalgias, Lumbociáticas, Artrosis,
Artritis, Depresión, Fatiga, Hemorroides, Neuralgias en general, Neurosis y
primera fase de las enfermedades inflamatorias e infecciosas (en las que
aumenta las defensas).

También se utiliza en casos de
Diarreas,
Dismenorreas, Eczemas, Acidez, Hipotensión arterial, Hipertensión, Litiasis
biliar y renal, Palpitaciones, Parálisis facial, Prolapsos, Reumatismo, Herpes
y muchas patologías más. En odontología se implementa cada vez con mayor
frecuencia, fundamentalmente como anestésico.

Más
de la mitad de los pacientes concurren a la consulta por problemas funcionales,
ante los que la medicina tradicional no tiene una respuesta terapéutica eficaz.

Esto no quiere decir que no haya medicamentos, pero sus efectos secundarios no
son siempre los deseados. Así, surge una nueva razón para el florecimiento de
la Acupuntura.

La
Acupuntura es una ciencia que se halla entre lo filosófico y lo médico y
sobrevive en el arte de más de un millón de médicos chinos que la practican y
piensan que la medicina no puede ser una tecnología sin alma, pues existe un
contenido humanístico que no puede desconocerse.

Esta
técnica terapéutica no tiene como objetivo el desplazamiento de la medicina
oficial u occidental. Es un método que se basa en un hecho casi desconocido y
totalmente desaprovechado por la medicina tradicional: LA UTILIZACIÓN
TERAPEUTICA DEL REFLEJO VISCERO-CUTANEO, que se manifiesta con elocuencia en
algunos puntos sensibles de la piel.

Los
médicos acupuntores japoneses verificaron la acción de las agujas -de
diferentes metales- en el control del nivel de glóbulos rojos antes y después
de la estimulación de los puntos.

Estos puntos, ubicados dentro de los 12
meridianos que recorren nuestro cuerpo, tienen una fama merecida en el
tratamiento de anemias, estados adinámicos, adelgazamiento, etcétera.

Los
japoneses, y después los occidentales, comprobaron que actuando sobre la
formación de glóbulos rojos se puede mejorar notoriamente nuestro estado de
salud.

Si bien la acupuntura presenta aún un lenguaje un tanto anticuado y una
terminología hermética, que quizás deban ser desechados totalmente, los
resultados de los nuevos trabajos experimentales de los acupuntores de todo el
mundo iluminan las viejas imágenes, ofreciendo una nueva, clara y actual.

Es la imagen del hombre, que siempre está en primer plano y que nunca ha perdido
su individualidad. En esta disciplina no existe la enfermedad como tal, y sí el
paciente como unidad y como objetivo.

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