1. Decida qué colores le
gustan y planee utilizarlos en su habitación.
2. Mire en las revistas
y libros de decoración para sacar ideas. Su guardarropa, un cuadro, una manta,
o una cortina pueden servirle como inspiración también.
3. Balancee sus decisiones con la iluminación
del cuarto. Un cuarto con luz limitada puede parecer sombrío cuando los colores
oscuros son los que dominan el ambiente.
Si los colores oscuros son sus preferidos pero usted desea una atmósfera bien
iluminada y brillante, utilice esas tonalidades en almohadones, floreros,
lámparas, velas y otros utensilios.
4. Utilice cada color
más de una vez para lograr un esquema unificado. Cuando un color se utiliza una
sola vez, parecerá que fue introducido en el cuarto y olvidado allí.
5. Fije pedazos de papel
de los colores que usted desea en un tablero en la pared. Con las muestras
esparcidas por el cuarto, ajuste la iluminación con esos colores para alcanzar
un equilibrio agradable.
6. Mantenga los colores
de los cuartos contiguos compatibles. Por ejemplo un dormitorio pintado de azul
marino, o de amarillo maíz, se complementará más armoniosamente con un cuarto
de baño azul y amarillo crema, o verde.
Si usted no está
muy seguro, escoja su color preferido y utilícelo junto con el blanco (por
supuesto, usted todavía necesitará de los colores neutrales, para el marrón
madera de las sillas y el terracota de un florero).
Y ya que estamos hablando
de lograr el hogar que siempre soñaste, ¿has pensado en el feng shui?
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