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Desarrollando su capacidad de liderazgo

Usted es profesional y ha sido promovido en la compañía para la que trabaja, con personas a su cargo. Pero, ¿cómo conducir a su equipo al éxito?

En su nueva posición, sus
colaboradores se reportan directamente con Usted Ahora tiene a cargo la
dirección de un grupo y no sólo debe dar directivas, trazar líneas de acción y
evaluar planes para alcanzar objetivos.

 


¿Qué es un líder?

 

Un grupo es algo mas que la
suma de individualidades y, habida cuenta de la existencia de los “líderes
naturales”, es decir, de aquellas personas que por sus rasgos de personalidad
son elegidas por el grupo para liderarlo y dirigirlo, la capacidad de liderazgo
es también el producto de un aprendizaje generado en la interacción entre la
persona que detenta la autoridad o está en una posición de mayor responsabilidad
y el grupo.

 

La capacidad de liderazgo,
por lo tanto, puede desarrollarse. Nos ocuparemos aquí del proceder y de la
actitud que actúan como soporte de un líder genuino.


El líder, además de organizar , dirigir y cohesionar al grupo y atemperar los
conflictos surgidos de la práctica del trabajo, es quien estimula a sus
colaboradores y será responsable por el modo en que ellos asuman el compromiso
con la tarea, su meta debe ser extraer lo mejor de ellos, sus mejores
capacidades e iniciativas.


Escuchar las opiniones de los demás le permitirá conocer qué cosas le impiden al
grupo en una circunstancia determinada, llevar a cabo el trabajo con eficiencia.

 

Su
éxito depende de sus colaboradores

Muchas veces es difícil conciliar la vida personal con la vida laboral sin que
se produzca un desequilibrio o sin que una influya sobre la otra. Acérquese a sus
colaboradores e interésese por ellos como individuos.


Póngase a la par de ellos cada vez que pueda, aún por unos pocos minutos y
también cuando no tenga la experiencia en ese trabajo. Ellos sentirán que usted
conoce los problemas que enfrentan a diario. Hágales saber que cuentan con su
ayuda.

 

Tenga en claro sus metas
personales, esto es adónde quiere llegar con su carrera y acepte las
oportunidades y desafíos que se le presenten. Ser ambicioso no significa ser
agresivo o convertirse en una amenaza para los demás.

 

Déle luz verde a las
personas que, eventualmente puedan ocupar su lugar. Si se instala entre sus
superiores la idea de que usted es irreemplazable en su posición, obviamente, no
será promovido.

 

Conocer sus fuerzas y
debilidades hará que usted pueda delegar tareas en quienes pueden realizarlas
con mayor habilidad o pericia y, a su vez, lo pondrá en situación de rodearse de
los colaboradores adecuados. Es importante que ellos sientan que tienen su
respaldo.

 

Siempre trate a sus pares
y colaboradores con respeto y cortesía, esto alivia las tensiones y pone las
cosas en su lugar.

 

El
estímulo es imprescindible

 

Estimule a su grupo,
poniendo el foco en extraer lo mejor de cada uno.

A la hora de reconocer el
éxito de algún colaborador cuyo desempeño haya sido particularmente bueno, una
nota, escrita en papel con membrete de la empresa agradeciéndole el esfuerzo y
congratulándose por los resultados, redundará en lealtad y confianza.

 

Si las cosas no funcionaron,
nunca critique en público a un subalterno. Hágalo en privado en un clima de
tranquilidad y la mayor distensión posible, y también, señale algún aspecto
positivo de la gestión.

 

En momentos en que el
proyecto del grupo no avanza o no rinde los resultados esperados, reúna a su
gente y analicen lo sucedido, juntos establezcan de qué manera deberá funcionar
la próxima vez. Por último, ponga el acento en aquello que aprendieron juntos.

 

Hágales saber que tienen su
respaldo en cualquier situación de cambio: Usted los apuntará para un training,
o la actualización de herramientas o de tecnología, e inclusive, cambio a otras
posiciones.

 

Ocurre a veces, que el
aceptar una posición de mayor responsabilidad dispara en muchas personas una
autoexigencia excesiva que termina trasladándose al entorno.

Nadie está siempre en lo
cierto ni lo sabe todo.

 


Bienvenidas las críticas

 

Estimule al grupo a opinar y
al aporte de nuevas ideas. No rechace el disenso, porque es parte esencial en la
producción de ideas.

 

Los hechos son que no
estamos educados para escuchar críticas, pero aceptar los comentarios negativos
refuerza nuestra autoconfianza.

 

Toda crítica tiene un
aspecto constructivo y de utilidad, aprenda a encontrarlos y agradezca a la
persona que hace el señalamiento.

 

Tenga confianza en usted
mismo, escuche su voz interior y déjese llevar por su intuición, esto a su vez,
posibilitará que los demás confíen en usted.

 

Cuando tenga un trabajo en
proceso, evalúe todos los resultados posibles, tenga a mano estrategias para los
imprevistos, lo que lo hará sentir más seguro si toca una corrección en la
marcha del proyecto.

 

El
responsable es usted

 

Usted, como cabeza visible
de un departamento, es responsable por los errores de su staff. Si un documento
es enviado al destinatario equivocado o la información suministrada es
incorrecta, discúlpese con quien corresponda y trabaje luego con la persona
responsable del error. En este caso en particular debe ser ejecutivo y su
prioridad, la de resolver los problemas.

 

Como líder, es posible que
algunas veces deba tomar medidas impopulares o antipáticas. Es importante es que
usted sepa claramente que su responsabilidad es manejar conflictos y,
eventualmente, ayudar a sus colaboradores a aceptar cambios.

Sí, por ejemplo, hablamos de
un despido, aquí, la buena comunicación es la clave.

 

Cuando se lidera un equipo,
por cierto, tarea delicada, hay que mantener el equilibrio.

Sea ecuánime, no haga
manifiestas sus simpatías o antipatías personales y evite por todos los medios
los comentarios negativos, así como también hacerse eco de chismes, por
inofensivos que éstos parezcan, y evitará de este modo, que otros hagan
comentarios sobre usted. Privilegie la discreción y la confidencialidad.

 

Si en alguna oportunidad
tuviera que tomar una decisión en contra de sus principios, háblelo con sus
superiores. Rechace cualquier propuesta reñida con los principios éticos.

 

Finalmente, no haga promesas
que no podrá cumplir. No se comprometa arriesgando la credibilidad y el respeto
que inspiran una conducta honesta.

 

Ponga sus talentos y
capacidades a disposición de todos, sin reservas, lo que en la práctica
evidenciará su compromiso con la responsabilidad asumida y volverá en forma de
confianza, lealtad y reconocimiento.

 

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