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¿Te convienen los pisos flotantes?

¿Cuáles son las características principales de los pisos flotantes y en qué situaciones es conveniente contar con esta posibilidad para colocarlos en el hogar?

Los pisos flotantes se colocan sin clavarse al suelo. Pueden colocarse en cualquier superficie que sea lisa y esté convenientemente seca. La manera de agregarlo es muy sencilla. Tan sólo basta con encolar el material elegido sobre el anterior.

Características de los pisos flotantes

Pueden ser de madera natural o laminados. Este último modelo imita a los pisos de madera natural, son sencillos para colocar y su resistencia es notable. Otro factor a tener en cuenta es que son más económicos que aquellos de madera barnizada.

Se pueden colocar encima de baldosas, cerámica, madera o vinílicos.

Beneficios de los pisos flotantes

Una vez colocado el piso flotante ya se puede comenzar a pisar. Toleran muy bien los golpes y el movimiento de sillas. No es dañado por insectos y resulta antialérgico. Se mantienen de modo sencillo ya que tan sólo basta con pasar un paño húmedo para limpiarlo.

En caso de que las manchas sean de tinta o esmalte se pueden tratar con un poco de alcohol o solvente de uso doméstico. Si se tiene debajo un piso con losa radiante tampoco resultará un problema ya que resiste muy bien el calor.

No se decoloran con la luz solar. Es una propuesta estética que cada vez es más solicitada tanto por familias como por empresas. No requiere de pulidos ni encerados ni tampoco suele tener que repararse frecuentemente como ocurre con otros pisos de diversos materiales.

Poseen características de aislamiento acústico y térmico y permiten un mayor ahorro de energía y mantienen mejor el frío o el calor. No se contraen ni dilata con los cambios de temperatura.

Los colores disponibles son variados. Los marrones claros y oscuros y el rojo son los más utilizados y que mejor disimulan el paso del tiempo. La madera usada puede ser el lapacho o el roble.

Recomendaciones importantes para la colocación de los pisos flotantes

El punto débil de este tipo de suelos es la vulnerabilidad que se produce en las juntas. Por tal motivo, es importante que la superficie sea homogénea y no presente ni la más mínima irregularidad. Si uno de los bordes se daña, no será posible reemplazar ese sitio solamente sino que habrá que sustituir el laminado por completo o gran parte de él.

Es importante no instalar pisos flotantes en zonas húmedas como baños, cocinas o saunas. Tampoco se recomienda su colocación encima de alfombras debido a la poca estabilidad que pudiera existir en su base.

Es fundamental que la calidad del revestimiento sea óptima. Es mejor que contenga un sistema de juntas imperceptibles, paneles con cierre sin adhesivos y que encajen perfectamente.

El material debe disponer de un tratamiento antihumedad y estéticamente su apariencia debe ser agradable y la terminación, correcta. Hay que prescindir de productos abrasivos para limpiar la superficie ya que puede dañarse y luego habrá que quitar gran parte del revestimiento para reemplazar el daño.

Yolanda Río-Pérez, decoradora y especialista en viviendas, ayuda a miles de personas a decorar sus hogares con personalidad y buenos criterios.

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