Todos los años, al parecer, aparece un nuevo estudio que aviva aún más el debate
sobre los riesgos y beneficios del consumo de alcohol.
Tomar un vaso de vino por
día, ¿es bueno para el corazón, o aumenta el riesgo de padecer cáncer? La
cerveza, ¿reduce la presión arterial, o la aumenta?
¿Es más sano beber con
moderación o no tomar nada en absoluto? ¿Y dónde está la línea entre "moderado"
y "excesivo"?
Por supuesto, si usted tiene una historia personal o familiar de abuso del
alcohol o alcoholismo, la abstinencia total probablemente sea la opción más
segura.
Pero, incluso para los bebedores
moderados y responsables, hay algunas situaciones en las que incluso una pequeña
cantidad de alcohol podría ser una amenaza para su salud, su reputación o la
seguridad de los que lo rodean.
MEDICAMENTOS
Si alguna vez ha tomado analgésicos, antidepresivos o algunos antibióticos
recetados, lo más probable es que usted haya visto que la típica etiqueta de
advertencia: "No tome bebidas alcohólicas mientras esté tomando este
medicamento".
Muchos medicamentos de venta libre, incluyendo antihistamínicos,
descongestivos y jarabes para la tos, también pueden interactuar
desfavorablemente con el alcohol, aunque las advertencias en este tipo de
medicamentos suelen aparecer entre la letra chica, donde pueden ser fácilmente
pasados por alto.
Algunos analgésicos recetados como la oxicodona y la hidrocodona pueden
causar mareos, somnolencia, falta de control motriz y riesgo de sobredosis
cuando se mezclan con alcohol, al igual que las pastillas para dormir, tanto las
que requieren receta como las de venta libre.
El uso regular de paracetamol combinado con alcohol puede generar daño hepático, e incluso la
clásica aspirina puede provocar malestar estomacal, hemorragias y úlceras.
Algunos antibióticos, como el metronidazol y la azitromicina pueden causar
náuseas, vómitos, taquicardia y daño al hígado si se los combina con alcohol; y
ciertos antidepresivos pueden, si uno bebe alcohol, aumentar los sentimientos
depresivos, y generar una elevada presión arterial, somnolencia y otros
síntomas.
La lista de potenciales interacciones es larga, e incluye muchos más
medicamentos de los que podemos incluir aquí.
En caso de duda, consulte siempre
con su médico o farmacéutico, o simplemente vaya a lo seguro y evite las bebidas
alcohólicas hasta estar seguro de que el medicamento está fuera de su sistema.
MANDAR MENSAJES DE TEXTO Y PUBLICAR EN LAS REDES SOCIALES
La mala relación entre la borrachera y el teléfono no es algo nuevo, pero los
teléfonos celulares, los mensajes de texto y las aplicaciones de redes sociales
han hecho que sea más fácil que nunca avergonzarse a uno mismo en más de un
sentido.
Hace un tiempo, para hablar por teléfono no sólo se necesitaba tener acceso a
una línea fija, sino también la capacidad de recordar el número de la persona
que uno quería llamar.
Con un poco de suerte, al regresar a su casa ya se habría
olvidado de su propósito.
Pero hoy en día, gracias a los teléfonos inteligentes
que prácticamente están pegados a nuestras manos, las probabilidades de realizar
una llamada, enviar una serie de mensajes de texto ilegibles o publicar una
ráfaga de archivos imprudentes en Facebook, Instagram o Vine a las 2 AM, puede
estar tan sólo a un par de cervezas y un par de clics de distancia.
Si no puede confiar en usted mismo, y no está seguro de que no va a llamar a su
ex después o a publicar selfies provocadoras de una noche de alcohol, está de
suerte: hay docenas de
aplicaciones anti-embriaguez
que le permitirán
bloquear temporalmente ciertos números, direcciones de correo electrónico y
algunas funciones de su teléfono, en algún momento en que esté sobrio y todavía
pueda tomar buenas decisiones.
Google también viene al rescate, con algunas
funciones adicionales que se pueden instalar en Gmail. Por ejemplo, "deshacer
enviar" le da 5 o 10 segundos para recuperar un correo electrónico antes de
enviarlo definitivamente.