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La mayoría de nosotros reconocemos la importancia de lavarse las manos a lo
largo del día. Tenemos jabón antibacteriano en nuestros baños y llevamos
desinfectante para las manos en los bolsillos.
Entonces, después de estrechar
muchas manos en eventos sociales o al salir del baño, fingimos que somos médicos
preparándonos para una cirugía.
Pero a veces somos menos exigentes cuando nos
encontramos con objetos que parecen estar más allá del alcance de las bacterias
y los virus.
En realidad, cada día de nuestras vidas estamos en contacto con una
serie de materiales o superficies que pueden provocar infecciones.
Palanca de cambios
Cuando está manejando un auto manual de cinco marchas,
como Sammy Hagar con su Ferrari negra, lo último que tiene en mente es sufrir
una infección microbiana.
Entonces, puede que tenga que considerar la opción de
ponerse unos guantes la próxima vez que vaya a sentarse tras el volante o, al
menos, lavarse bien las manos al llegar a su destino.
¿Por qué? Porque la
palabra clave en "caja manual" es "manual". Incluso en un viaje corto, la mano
pasa mucho tiempo sobre la palanca de cambios - juntando los microorganismos que
estén allí.
Un pequeño experimento realizado en 2010 en el Reino
Unido sostiene esta idea. Los científicos tomaron muestras
de 12 artículos de uso cotidiano en la casa de una familia de los suburbios y
analizaron estos elementos para determinar la presencia de bacterias, incluyendo
E. coli y Staphylococcus aureus, y dos clases de moho, aspergillus y
penicillium.
Uno de los elementos que analizaron fue la palanca de cambios de un
auto de 3 años de antigüedad.
La palanca estaba contaminada con altos niveles de
bacterias y altas catidades de moho. Los investigadores supusieron que los
conductores deben juntar las esporas de moho en su camino hacia sus coches.
Luego introducen esas esporas en el vehículo y se encierran en el interior del
auto con los elementos contaminantes. Si usted sufre de alergias u otros
problemas respiratorios, manejar puede ser su última preocupación.
Biromes
y plumas
públicas
En 2006,
un investigador de Estados Unidos
llevó adelante un estudio
que investigó la prevalencia de rinovirus (los gérmenes responsables de la gripe
común) en habitaciones de hotel.
Le
pidieron a 15 personas que estaban resfriadas que pasaran la noche en un hotel
cercano.
Después de que los huéspedes resfriados abandonaran el hotel, los
científicos entraron en las habitaciones antes que el personal de limpieza y
analizaron varias superficies para detectar la presencia de rinovirus.
Como era
de esperar, encontraron partículas virales en las manijas de las puertas, los
controles remotos de la TV, los interruptores de luz, el teléfono y el reloj
despertador.
Pero también encontraron una gran cantidad de virus en las biromes
del hotel.
Por extrapolación, es correcto asumir que otras biromes públicas - en bancos,
supermercados, guarderías, restaurantes y grandes negocios - están infectadas.
De hecho,
hay especialistas que recomiendan
llevar su propia pluma en todo momento y
utilizarla en lugar de la del consultorio del médico, la del chico del delivery
o la del mozo del restaurante.
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