Resulta más que interesante la tarea de descubrir qué encierran las posturas de
nuestros “hijos adoptivos”. Hacer un esfuerzo por comprenderlos evitará
conflictos de comunicación y contribuirá a establecer una relación más agradable
con ellos.


Saber interpretar cada uno de sus gestos debería ser una actividad que involucre
a todos los integrantes de la familia y no solamente al dueño.

Dieta cetogénica customizada

Las
posturas
más destacables son:


1.- La cola es la parte más expresiva del animal. Si está levantada con la punta
hacia arriba está demostrando autoridad, si está curvada, está indicando
confianza y autocontrol.


Si por el contrario, está extendida de modo horizontal, significa que le está
prestando atención a algo en particular.


2.- Si el animal percibe realmente una amenaza de vida o después de haber
perdido una pelea, se colocará de espaldas, chillará, emitirá lloriqueos y hasta
puede llegar a  orinarse.


Estas demostraciones se hacen evidentes cuando sienten que no tienen manera de
huir del peligro.


3.- Si el animal coloca el rabo entre las patas, estará demostrando inseguridad,
miedo y temor a ser agredido. Si se compara la actitud con un comportamiento
humano, es similar a una persona insegura que esquiva la mirada.


4.- La acción de perseguir la propia cola puede parecer un juego divertido, sin
embargo es una reacción de aburrimiento extremo y soledad.


De esta manera la cola se convierte en la mejor amiga del animal. Es una
conducta típica de los cachorros que pasan en soledad muchas horas.


5.- Verlos rascar el suelo con insistencia también es una tendencia innata.
Excavar en cualquier terreno los remite a realizar una depresión para su encame.
Ellos encuentran calor en el invierno y refresco en verano.


6.- Las vueltas en círculo antes de acostarse también forman parte de esta
tendencia natural. Es un simple ejercicio para adaptar su columna vertebral a la
postura que adoptará la
mascota al dormir.


No hay que olvidar que, al igual que los niños, las mascotas encuentran en lo
lúdico la manera más feliz de expresarse.


Entregar el cuello, poner sus patas delanteras pegadas al suelo y sacudir
incesantemente la cola expresa claramente una invitación al juego.


 7.- La imagen más demostrativa de alegría es cuando la mascota se vuelve de
espaldas sobre el piso y ofrece su panza para que se le realicen cosquillas.


Cuando la mascota mueve la cadera frente a su dueño es una indicación de
confianza y está pidiendo que se lo rasque.


Cabe recordar que la mascota es un integrante más de la familia. Así como cada
persona es única, los animales también los son.


Interesarse por aprender su lenguaje y ser capaces de responder a cualquier
conflicto permitirá percibir signos de estrés, infelicidad o aburrimiento y
poder hacer algo para revertirlos y remediarlos.

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Saber cómo leer e interpretar el lenguaje corporal de tu perro es la clave para comprenderlo, evaluar su actitud, y predecir su próximo movimiento. Dado que los perros son no verbales—al igual que el resto de los animales—, su lenguaje corporal hablará por ellos. La vocalización, por su parte, suele ocupar un escalón inferior al lenguaje corporal. 

Una vez que aprendas estos conceptos básicos acerca del lenguaje corporal de los perros, será bueno que pases algún tiempo observando cómo interactúan con las personas y otros animales en varias situaciones.

Comprender el lenguaje corporal también puede ayudarte a protegerte y proteger a tu perro de situaciones peligrosas y, al mismo tiempo, facilitarte el proceso de entrenamiento y la identificación de problemas de conducta comunes. 

Perro confiado

El perro confiado tiene una postura erguida, con la cabeza en alto, las orejas animadas, y los ojos vivarachos. Su boca puede estar ligeramente abierta, pero sobre todo relajada.

Su cola podría moverse con intensidad, enroscarse, o colgar en posición relajada. Este perro es amigable, no representa amenaza alguna, y está dispuesto a interactuar con su entorno. 

Perro feliz

Un perro feliz mostrará los mismos signos que el perro confiado. Asimismo, meneará su rabo y, a veces, dejará la boca más abierta o jadeará en forma intermitente.

Este perro parece incluso más amigable y contento que el confiado, y no evidencia signos de ansiedad en su cuerpo. 

Perro juguetón

Un perro juguetón luce feliz y excitado. Sus orejas se encuentran paradas, sus ojos vivarachos y brillantes, y su rabo se menea a gran velocidad.

Al mismo tiempo, el animal podría dar brincos o corretear a tu alrededor con gran regocijo. A menudo, un perro juguetón suele hacer la “reverencia del juego”, estirando ambas patas hacia delante, con la cabeza gacha, y las patas traseras ligeramente flexionadas y la cola meneándose con fuerza. Cuando tu perro adopte la posición de la reverencia, no quedarán dudas que te está invitando a jugar. 

Perro sumiso

Un perro sumiso mantiene su cabeza gacha, las orejas bajas y planas, y los ojos esquivos. Su cola está baja y se bambolea ligeramente, pero no se esconde entre las patas.

Al mismo tiempo, podría rodar sobre su espalda y mostrar su pancita. Un perro sumiso puede hocicar o lamer a otro perro o persona para mostrar su estado de sumisión.

A veces, este perro olfateará el suelo o prestará atención a otras cosas para demostrar que no quiere causar ningún problema. Un perro sumiso es dócil, cuidadoso, y no representa amenaza. 

Perro ansioso

El perro ansioso presenta características del sumiso, pero con frecuencia tiene las orejas replegadas hacia atrás y el cuello estirando hacia delante.

Su postura general es tensa, y, de a ratos, podría estremecerse o sacudirse. A menudo, el perro ansioso gimotea y emite pequeños quejidos.

Su cola está baja y puede tender a esconderse entre las piernas. Un perro ansioso puede reaccionar en forma desmedida a los estímulos y, en algunos casos, puede sentir miedo y ponerse agresivo.

Si eres conocido del perro, lo mejor será distraer su atención hacia algo agradable y, de este modo, sacarlo de su estado de ansiedad. En cualquier caso, procura ser cuidadoso y no lo provoques ni intentes calmarlo por la fuerza. 

Perro temeroso

El perro temeroso combina las actitudes del perro sumiso y el perro ansioso, con algunas otras señales más extremas. Por ejemplo, el perro se mostrará inquieto, y andará ligeramente agachado, cerca del suelo.

Su cola está decididamente entre las patas y suele ser asaltado por temblores. A menudo, un perro temeroso andará aullando, gimiendo, o ladrando, y muy posiblemente muestre sus dientes en señal de defensa.

Al mismo tiempo, podría orinar y defecar. Un perro asustado puede volverse agresivo ni bien se siente amenazado. En consecuencia, no intentes tranquilizar a un perro en este estado y, en cambio, opta por alejarte lentamente de la situación.

Si eres el dueño del animal, muéstrate confiado y con autoridad, pero no intentes castigar o reprimir al animal, sino que procura llevarlo a un lugar más familiar o ponerlo en una situación menos amenazante. 

Perro dominante

Un perro dominante intentará imponerse sobre otros perros y, en ocasiones, también sobre otras personas. El perro se para imponente, con confianza, y se inclina ligeramente hacia delante.

Sus ojos están abiertos de par en par y hacen contacto directo con otras personas o perros. Sus orejas están erectas y alertas, y el vello de la espalda puede estar erizado.

Asimismo, el animal podría gruñir por lo bajo. Su aspecto general parece amenazante y poco amigable. Si esta conducta está dirigida a un perro que se deja dominar, entonces hay poco por qué preocuparse.

No obstante, si el otro perro también intenta ser dominante, podrías estar a la antesala de una riña. Un perro que intenta imponer una conducta dominante sobre las personas puede ser una seria amenaza.

Si te encuentras con uno de estos perros, evita el contacto ocular e intenta retirarte lentamente. Si tu perro exhibe habitualmente esta clase de conductas hacia las personas, es imperativo generar un cambio de actitud. Lo recomendable es acudir a un veterinario especialista en conducta animal. 

Perro agresivo

Un perro agresivo va más allá del intento de ser dominante. En cuanto a su aspecto, todas sus patas están firmemente plantadas sobre el suelo, y se inclina ligeramente hacia delante.

Sus orejas están retraídas, inmovilizadas y expectantes, y su cabeza se inclina al frente. Sus ojos están ligeramente entornados y su mirada es penetrante, y la cola está recta y quieta.

El perro muestra los dientes y las encías, y gruñe o ladra en forma amenazante. Los pelos de la nuca y de la espalda están erizados.

Si te encuentras cerca de un perro que muestra estos signos corporales, es muy importante que te alejes con calma. Nunca corras. No hagas contacto ocular con el animal. No muestres temor.

Sólo retírate con calma a una posición de mayor seguridad. Si tu perro se pone agresivo, busca la asistencia de un entrenador profesional de perros para corregir esta conducta. Los perros con conductas agresivas no deben ser utilizados para reproducción.

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