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El camino en la vida que mi padre me trazó

Tal vez sea necesario retroceder un poco, para volver al cruce de caminos, en el que tomamos el equivocado, y volver a escribir nuestra historia.

En muchas ocasiones me he
preguntado, si la juventud actual sabe vivir plena y sabiamente su vida.


Para muchos, yo soy una persona aburrida o anticuada, pero nada está más lejos
de la verdad. Tengo amigos que se han perdido en el alcohol, que tienen una vida
sexual
muy activa e irresponsable desde muy jóvenes, algunos otros que usan drogas.


Mis amigas me critican constantemente, argumentando que no sé de lo que me
estoy perdiendo y que ahora vivimos en una época de "Apertura Sexual", en donde
ya nadie se asusta de nada, una época que ignora e incluso fomenta, lo que antes
era inmoral o pecaminoso; y yo creo, que no se trata de ser moralista o pensar
en que si haces esto o aquello Dios te va a castigar.

Yo
nunca asisto a la Iglesia, no he hecho la primera comunión y honestamente, creo
que no me hace falta; sin embargo, a mis 31 años, nunca he probado el alcohol,
no he tenido mi primera relación sexual, no fumo y por supuesto no uso drogas.


¿Por qué? Porque creo, que precisamente en esta época de "Apertura Sexual", es
cuando más motivos tenemos para abstenernos de andar por ahí irresponsablemente,
llevando una vida promiscua y usando drogas.


Existen una gran cantidad de enfermedades de transmisión sexual, que se han
convertido sencillamente en autenticas pandemias. El Sida, la Clamidia, la
Sífilis, la Gonorrea, y toda una lista negra de enfermedades, nadan en nuestras
sociedades como peces en el agua, sin que a la gran mayoría les importe, que lo
que se están jugando, no es solamente su vida, sino, como en la mayoría de los
casos, la de terceros inocentes.

Yo
tuve la fortuna de tener un padre Médico, que me mostró de una manera muy
cruda (como es la vida misma), los riesgos que se corren cuando se lleva una
vida promiscua y desordenada. Me mostró las radiografías de un hombre que
padecía un Cáncer de pulmón en etapa terminal, provocado por el cigarrillo y me
preguntó después: ¿quieres fumar?

Me
habló de las enfermedades venéreas en la mujer, de cómo se contagian y de todas
las cosas que traen como consecuencia, desde esterilidad, hasta Cáncer, pasando
por las deformidades en los bebés que procrean.

Me dio información de los
estragos que causan las drogas y el alcohol en el cerebro, de cómo lo van
degenerando y matando las neuronas, que para quien no lo sepa, nacemos con un
número determinado de ellas y ya no se regeneran.

Me
habló de lo maravilloso e increíble que es el cuerpo humano y de cómo el
hombre se empeña en su autodestrucción.

Sé que la gran mayoría de los jóvenes, no tienen un padre que les hable de la
forma en la que me habló el mío, y ahora tal vez son madres solteras, tienen
Cáncer, son adictos o tienen algún otro problema derivado de sus adicciones, por
este motivo, les
escribo e invito a todos los padres que en este momento tengan hijos pequeños, a
que les hablen como me hablaron a mí.

Y
que entiendan, que además de la vida sexual, el ser humano tiene la capacidad de
disfrutar muchas otras cosas más; que el eje del mundo, no es el sexo y que es
necesario canalizar esa energía, hacia las cosas que nos hacen crecer, que nos
cultivan. Los idiomas, las artes, el deporte, todo lo que sirva para mantener
las mentes ocupadas de los hijos y vigilar muy de cerca a las amistades que
frecuentan, es importante.


Que llegar virgen al matrimonio (ambos), no es algo que se relacione con la
VIRTUD, sino con la SALUD. Que se trata de cuidar lo más valioso que puede tener
un ser humano: LA VIDA.

Creo que la generación actual, confundió la Libertad, con el Libertinaje,
llegando a lo más profundo del pozo, lo malo de esto, es que se han perdido
muchas vidas y que se perderán aún más; lo bueno, es que cuando se llega al
fondo del pozo, la única salida es hacia arriba.

No
se trata, en mi muy particular punto de vista, de enderezar jorobados, o de
salvar a aquellos que se perdieron, sino de evitar que los pequeños caigan en
los mismos errores.

Salvemos lo único que se puede salvar de esta Sociedad: nuestros niños.
Mostrémosles el camino que nunca debió perder el hombre, que al contrario de llevarlo a su evolución, lo ha llevado a caer más abajo que aquellos seres a los
que llamamos "irracionales".


Para comentarios, escríbame a:
María Eugenia Flores Segovia.

[email protected]