La gama de la tristeza
va desde una tristeza leve hasta una tristeza
muy profunda.
La finalidad de
la tristeza es aceptar las pérdidas de
personas queridas, ilusiones, bienes materiales,
la salud, etc.
Todos a lo largo
de la vida sufrimos distintas pérdidas,
algunas inevitables y a veces son más
de ilusiones que de realidades. A través
de sentir y expresar tristeza uno puede centrarse
sobre la pérdida, elaborarla y finalmente
decir adiós, superando las ataduras con
el pasado. Si el duelo es elaborado gradualmente
se recupera la motivación para nuevos
vínculos y emprendimientos.
La conducta apropiada
cuando alguien expresa tristeza es dejar expresarla
(no decir: no llores) y darle protección,
el contacto físico es la manera más
potente de dar protección, según
sea la cercanía puede ser una mano apoyada
en el hombro, un abrazo, etc.
Cuando no es posible
expresar la tristeza suele sustituirse por:
Falsa alegría:
si en la familia se reían al estar mal.
Falsa rabia o resentimiento:
suele pasar cuando al estar triste se burlaban
hasta que uno se enojaba. También podía
ser que hubiera otro familiar que competía
por demostrar tristeza, aumentando su pena,
monopolizando la atención por él.
Esas personas que siempre sufren más
que cualquiera, que si a uno les pasa algo a
ellos les pasa algo peor.
Ansiedad: es otra
manera de tapar la tristeza. También
porque alguien competía mostrando más
tristeza, o porque le decían que sea
fuerte o que los hombres no lloran.
Para distinguir
la tristeza auténtica de la falsa tristeza
se usan los mismos criterios que para las demás
emociones. La emoción auténtica
es adecuada en calidad, intensidad y duración
a una situación del presente.
Si alguien ha sufrido
una pérdida reciente es normal que esté
triste y además cuando comparte su tristeza
despierta en quien lo escucha también
tristeza o ganas de protegerlo (la conducta
complementaria.
En cambio si alguien
está triste porque hace 20 años
que se murió su madre, esto es lo que
llamamos falsa tristeza, por la duración
excesiva en el tiempo, el duelo no ha sido elaborado.
(un duelo “normal” dura alrededor
de un año, lo cual no quiere decir que
la persona no recuerde con tristeza pero no
es su emoción predominante, ha podido
procesar la pérdida y redirigir su energía
a otras cosas.
Esta emoción
sustitutiva es arrastrada en el tiempo, viene
del pasado y resta energía para otras
cosas más productivas. Además
es difícil compartir esta tristeza, porque
no es algo actual, ahí se distingue hasta
físicamente la falta de autenticidad,
porque uno hasta se cansa de escuchar siempre
la misma queja.
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