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Conozca sus habilidades… y aprenda a “venderlas”

La mejor forma de encarar una búsqueda de trabajo es empezar por saber qué es lo que usted puede ofrecer a su potencial empleador. Luego tendrá que saber cómo “vender” ese producto a quien lo entreviste.

En
estos tiempos, en que el mundo cambia cada día, cuando las necesidades del
mercado laboral se diversifica cada vez más, es importante poder reconocer las
habilidades que hemos acumulado a lo largo de nuestra vida. Se sorprenderá al
reconocer los conocimientos que le han dado las diferentes experiencias en los
diferentes trabajos. 

La
compañías, al buscar cubrir un puesto de trabajo, buscan dos cosas principales:
que la persona posea las habilidades necesarias y que la persona encaje en la
compañía.

Las
habilidades sirven para realizar el trabajo que se le pide mientras que encajar
en la compañía dependerá de algo más subjetivo como pueden ser sus valores, sus
gustos, su ideología, su forma de trabajo que deben servir o ser lo que la
compañía necesita. 

Las habilidades: técnicas y personales

Existen
dos tipos de habilidades, las técnicas y las personales. Las habilidades
técnicas son aquellas necesarias para realizar ciertas tareas, estas incluyen
su capacidad de trabajar con herramientas como computadoras, máquinas, números,
cuentas, idiomas, procesos legales, administrativos o económicos. Las
habilidades técnicas también incluyen especializaciones como programación de
computadoras, uso eficaz de sistemas de cuentas, conocimiento general de la
industria en la que se maneja.

Las
habilidades personales, también llamadas blandas, se reflejan en la
personalidad. Aquí se incluyen la eficiencia para realizar con precisión el
trabajo que le fue asignado, la dependencia o independencia con la que realiza
sus tareas, el profesionalismo, la camaradería, la discreción y hasta el trato
con sus colegas.

Cada
trabajo que ha hecho en su vida le ha aportado puntos en cada una de estas
habilidades, no es algo que una compañía pueda quitarle. Esto es mucho más
valioso que un listado de los puestos que ha ocupado, esto es a lo que se le
llama el fruto de la experiencia.

Realice
el listado de sus habilidades. Si le resulta más práctico puede darse un
puntaje en cada campo nombrado. De esta forma usted podrá saber cuáles son sus
habilidades y así podrá tener una idea más precisa de qué es lo mejor que puede
ofrecerle a un potencial empleador y cuáles son sus posibilidades en
determinado puesto. No es algo sencillo de hacer porque es difícil reconocer
las habilidades en uno mismo.

Lo
primero que deberá hacer es un listado de las cosas que le gusta hacer. Cada
una de ellas, aunque no sean trabajos formales, aportan algo a su paquete de
habilidades. Sean hobbies, actividades extracurriculares, deportes, alguna
experiencia importante en su vida  o
algún gusto que se da por semana.

De
cada una de estas actividades piense en qué le aporta a su paquete de
habilidades, luego podrá tener una mejor idea de qué puntaje asignarle a cada
una de ellas. Compare el perfil que ha realizado de usted mismo con los
anuncios de trabajo que encuentre en los periódicos en Internet. Muchos sitios
incluyen avisos con calificaciones como la que usted acaba de hacer.
 

Su eslogan

Una
vez que haya visto como funciona, escriba en pocas oraciones, cuatro o cinco,
los puntos más sobresalientes. Algo que resuma sus habilidades y que un posible
entrevistador pueda recordar con facilidad. Es una forma de vender el producto
que está ofreciendo, una forma de publicitarse a usted mismo. “Fui asesor de
cuenta por 10 años en un importante banco. Desarrollé una gran habilidad en
números y manejo de cuentas y programas de computadora relacionados con ellas.
Mi equipo de trabajo logró mientras yo estaba a cargo un aumento del 30% en la
productividad gracias a una nueva metodología que diseñé y desarrollé.”

Los
entrevistadores querrán oír de usted lo que ha hecho en los puestos que se ha
desempeñado. Quieren oír oraciones construidas alrededor de verbos como diseñé,
implementé, organicé, planifiqué, proyecté, entrené, desarrollé, etc.

En
lo posible nombre cifras precisas o estadísticas en las que se expresen su
influencia en los cambios. Cuánto tiempo, cuánto dinero, qué porcentaje,
cuántas unidades, grado de dificultad, nivel de competencia, etc.

Hable
de los resultados, de los aumentos de las ganancias, de la reducción de los
costos, del aumento de la competitividad, de la reducción de los costos
operativos, de los aumentos de las ventas, etc.

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