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Coníferas, el alma de tu jardín

Las coníferas se utilizan mucho a la hora de diseñar jardines vistosos. El tuyo puede ser uno de ellos…

La utilización decorativa de estas plantas data de los jardines del Renacimiento
y ocupan también un lugar de importancia en los jardines japoneses.

Se las suele utilizar en el arte topario, es decir en darles formas caprichosas
a las copas de los árboles y arbustos durante la poda.


Estas plantas
son muy ricas en colores, texturas y diseño, y para un mejor desarrollo
necesitan de un suelo bien drenado y tener pleno sol.


Existen
muchas variedades de coníferas, pero las principales a conocer son:


·
Chamaiciparis:
tienen un crecimiento mediano y una estructura piramidal redondeada. Sus hojas
tienen formas de escamas, en ramas aplanadas. Poseen una gran variedad de hojas:
verdes, verdes y amarillas, doradas y azul grisáceas.


·
Juniperus Canariensis: También de mediano crecimiento pero son rastreras. Son muy lindas
por su colorido que en invierno tiene un aspecto bronceado, en primavera un
amarillo pálido y en verano se vuelven doradas. Las hojas son punzantes y
también necesitan sol directo. Estas se reproducen por injerto.


·
Juniperus
sabina: también rastreras, pero de crecimiento rápido. Tiene ramas de color
verde oscuro y forman un buen cubresuelo. Soporta bien la media sombra y también
se reproducen por injertos.


·
Abeto:
tienen un porte piramidal y ramas horizontales. Sus hojas son de color verde
grisáceo y son cortas y punzantes. Es lo más parecido al típico árbol de
Navidad. Soporta climas fríos y no prospera en los climas cálidos. Se reproducen
por semillas. Y además tiene variedad de coloración en las hojas que van de los
grises a los azules plateados.


·
Juniperus
squamata: son arbustos de ramas rígidas, con hojas punzantes azules plateado. Es
de crecimiento lento e ideal para los jardines pequeños.


·
Pino
Bola: son de bajo tamaño, de forma globosa, y un follaje muy compacto. Sus hojas
son doradas en primavera, verde musgo en verano y de un marrón cobrizo en
invierno. Se utilizan mucho en jardines de rocas. Se multiplican por esquejes.


Hay que tener
en cuenta el recipiente donde va a plantar las coníferas: el ideal es el de
barro. Además es importante asegurar un buen drenaje con una capa de piedra
partida (también debe agregársele al pozo si es sobre tierra directa). Se debe
buscar un lugar donde el sol dé a pleno y en lo posible que sea alto.


Y ya que estamos
hablando de lograr el hogar que siempre soñaste, ¿has pensado en el feng shui?
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