A todos nos ocurre en algún momento,
la comunicación puede volverse confusa, especialmente cuando los sentimientos
están involucrados. Hasta los que se creen inmunes a la
confusión y los
conflictos, pueden verse arrastrados a una interrupción en la comunicación y
cuando menos se lo esperan, los problemas aparecen.

Este fin de semana, confieso que la
falta de comunicación me tomó por sorpresa, hasta los más preparados son
inmunes.

Mi pareja me dijo algo que realmente me dolió, era un
argumento tonto,
algo tan simple como una botella fuera de lugar después del afeitado, pero a mi
entender eso representa algo mucho más profundo, algo que había sido acumulado
hace un par de semanas. Me frustra tener que descubrir un problema y más aún
cuando ni siquiera sabía que lo estaba buscando.

Para encontrar objetos como la crema
de afeitar, agujas e hilo, las llaves del auto, un recipiente, fundas para las
sillas de afuera, etc., necesito dar vuelta la casa, si mi pareja me hubiera
dado una simple respuesta me hubiera ahorrado un montón de tiempo y frustración.
Sin embargo, la respuesta que recibí fue: Tienes que abrir los ojos y organizar
un poco mejor tu vida.

Yo estaba muy enojada. Siempre llego
del trabajo antes que mi pareja, por lo que paseo al perro y cocino para que la
comida esté sobre la mesa para cuando llega.

La casa siempre está impecable y
cálida, siempre soy consciente de mantener un ambiente agradable dentro del
hogar. Dedico mucho tiempo todos los días para el confort de ambos y tener que
escuchar “organizarte mejor” me perturbó.

No espero que me alabe, pero
interiormente esperanzaba que mis esfuerzos sean reconocidos. Sin embargo, me
dijo una frase que yo interpreto ingrata: “no espero que cocines la cena todas
las noches”, lo cual me dolió aun más.

¿Qué es lo que ocurrió? Mi pareja se
sintió culpable al llegar todas las noches y que la casa esté perfecta, mientras
que yo me sentía culpable si no lo estaba. Claramente, mi intención nunca fue
hacerle sentir culpable, pero parece que así ocurrió, y este es el momento en
donde la comunicación se desvaneció, malinterpretó mis esfuerzos y yo su
respuesta.

La comunicación, la comunicación, la
comunicación… Es necesario mantenerse informado constantemente para evitar los
malentendidos, hay que expresar las frustraciones antes de que exploten.

Ambos necesitamos hablar más de
nuestros sentimientos y como nos hace sentir las contribuciones y acciones que
realizamos. No es una competencia de contribuciones, pero para muchas parejas
parece serlo.

Cuando las personas sienten culpa o
estrés, actúan de maneras divertidas. Frecuentemente, el estrés y la culpa son
barreras para la comunicación. La clave para poder sobrellevar la situación es
reconocer el conflicto y tener el coraje de hablar sobre ello. Usted puede tener
la capacidad de hacerlo en pareja o desear la ayuda de un amigo el cual le
aconseje que hacer.

Resolvimos nuestro conflicto, nos
besamos y abrazamos. No sufriría tanto si no sintiera tanto amor al mismo
tiempo, pero estos conflictos son un buen recordatorio para dejar de estar
envuelto en mis propias emociones y pensar en la otra persona.

Hablar sobre el problema es la manera de exponer la falta de comunicación y
dejar que comience la sanación.

Una buena lección que aprender,
incluso para los expertos…

Por Natalia Fernández – Autora del libro “Recuperar
Mi Matrimonio”, que ofrece consejos y herramientas para ayudar a las parejas
en el desarrollo de
una buena
comunicación y la resolución de los conflictos que muchas veces llevan a la
separación. Encuéntralo haciendo
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