6)
Proveyendo consecuencias. Para reglas que no parecen ser seguidas usando
refuerzo positivo, los padres deben establecer consecuencias por fallas en la
obediencia.
Estos deben ser realistas, coincidir con la naturaleza de la infracción, y
enseñar algo si es posible. Luego, deben ser consistentemente reforzados.
Comience con pequeños tiempos limitados de “tiempo fuera” como consecuencias
(esto es, que permanezca quieto en un lugar a la vista los minutos equivalentes
a su edad); y luego lentamente aumente el tiempo o intensidad de la consecuencia
por repetir las mismas infracciones (quita de privilegiostales como tv, un
juguete, etc).
Cuando pueda, use consecuencias naturales. Un ejemplo sería que se utilice el
dinero de su alcancía para reponer algo que haya roto.
7)
Repetición. La repetición es una parte integral de todo aprendizaje y
dominio. “Si al principio no tiene éxito, trate de nuevo”. Decida cuántas veces
repetirá una orden antes de actuar sobre ella.
Realmente no debería ser más de dos o tres veces para el niño más pequeño y
menos para uno mayor. Usted podría comenzar dando advertencia de lo que sucederá
si no se sigue la regla, y luego continuar con la consecuencia si la advertencia
es ignorada.
8)
Consistencia. Tener consistencia en las reglas y tenerla al aplicar las
consecuencias son ambas muy importantes.
Los niños naturalmente buscan escapatorias tales como desafiar su paciencia
cuando está cansado. Pero estos son momentos en los que la consistencia es más
importante y efectiva.
9)
Acuerdo entre padres. Si dos padres están involucrados, deben estar de
acuerdo con cuáles son las reglas, cuáles son las consecuencias, y cuáles son
los procedimientos para llevar a cabo las consecuencias.
Nunca deje a un niño quedarse en lo que el otro padre haya dicho sin chequear
primero y estar seguro de la ocurrencia de los hechos, y asegúrese que usted y
su compañero están en completo acuerdo con las reglas antes de tratar de
reforzarlas.
10)
Modelo de conducta. Como siempre, quien usted es y cómo actúa es la más
potente quía y maestro para su niño.
Trátelo/a con respeto en todas las situaciones, y esfuércese para manejar su
conducta con actitud calma que viene de su entendimiento de que el auto-control
es sumamente importante para usted y su hijo.
Por Lic. Martín Orellano.
Psicólogo Clínico, terapeuta infanto-juvenil con enfoque familiar.
www.martinorellano.com.ar.