Lo que sigue es una guía de 10 puntos para manejar la conducta de su hijo.
Aunque se considera que cada uno de ellos es igual de importante, los tres
primeros se posicionan privilegiadamente al considerar que proveen la base sobre
la cual los padres pueden manejar exitosamente el comportamiento de sus hijos.
1)
Relación padre/hijo. Esto está en primer lugar de la lista porque todos
los demás dependen de éste.
Básicamente, si usted no ha establecido un sólido apego y cariño entre usted y
su hijo que esté caracterizado primariamente mediante mirada positiva (de su
parte), usted no tiene la base necesaria desde la cual manejar exitosamente la
conducta.
Los niños hacen lo que sus padres dicen primariamente porque a los niños les
importa lo que piensan sus padres de ellos o cómo se sienten sobre ellos.
2)
Pasando tiempo o “tiempo de suelo”. Esta regla va de la mano con la
anterior.
Usted debe pasar tiempo con su hijo en una base regular que no esté centrada
alrededor de los problemas de conducta, y este tiempo debería ser usado para
jugar, conversar, y actividades constructivas de relación.
Cuanto más amor y comprensión sienta su hijo por usted, más fácil será manejar
su comportamiento.
3)
Desarrollo de conocimiento. Asegúrese de saber lo que su hijo es capaz de
hacer dependiendo de su edad.
Muy a menudo los padres personalizan las malas conductas de sus hijos como si lo
estuvieran haciendo “a propósito”.
A veces esto es cierto, pero muy a menudo es bastante natural para su edad de
desarrollo. Conocer esto lo ayuda a ver a ver el manejo de conductas más
objetivamente y menos reactivamente.
4)
Clara delineación de reglas. Esto puede parecer sencillo, pero es muy
fácil encontrarse metiendo la pata en reglas que usted mismo planteó.
Igualmente, es igual de problemático si usted no plantea cada parte de las
reglas de manera clara y concisa. No plantee muchas reglas juntas,
especialmente con niños pequeños.
Haga una muy clara definición. Cuanto más pequeño es el niño, más exactas deben
ser las palabras.
5)
Refuerzo positivo. Atienda, aplauda, felicite, abrace a su hijo cada vez
que el niño se comporta exitosamente en la manera que usted lo ha prescripto.
Sea cuidadoso, sin embargo, de no usar inductores materiales para la buena
conducta (tales como comprar nuevos juguetes, etc).
Los refuerzos deberían estar centrados alrededor de sentimientos de autoestima,
cumplimiento y cooperación.
Haga algo con su hijo tal como jugar un juego, ir al parque, o simplemente dar
elogios verbales y apreciación como recompensa.