Doctor   Hoteles buenos y baratos en Europa
Guia practica par conseguir hoteles baratos y dormir a menor costo en Europa...
 

 

 

 

Cómo conseguir hoteles más baratos en Europa

Aunque tu economía no esté atravesando su mejor momento, no hay verdaderas razones para suspender tus planes de vacaciones en Europa.

Claro que, posiblemente, debas aguzar un poco el ingenio en vistas de hacer que tu viaje sea más seguro, tranquilo, y realizable.

 

Éstos son los consejos que Enplenitud te trae para que tus noches de hotel en Europa sean más baratas: 

·         Piensa en pequeño: los hoteles grandes suelen ser más costosos que los hoteles pequeños y las hosterías.

·         Considera una cadena: cada vez aparecen más cadenas de hoteles que ofrecen habitaciones a precios bajos o razonablemente moderados. No esperes las facilidades de un hotel cinco estrellas, pero tampoco esperes sorpresas desagradables o malos tragos.

·         Hoteles de negocios: en la Península Escandinava, Bruselas, y Berlín, los hoteles de negocios necesitan clientes durante el verano y los fines de semana —justo cuando su clientela habitual se ausenta—. Y, mientras más tarde llegues, mayores serán los descuentos que consigas.

·         No te apartes de tus necesidades: mantente al tanto de las calificaciones gubernamentales. Un hotel de tres estrellas no es un mal negocio, aunque si decides quedarte en uno, muy posiblemente estés gastando unos 50 dólares adicionales en cosas que no necesitas realmente, como elevadores, servicio de habitación, maleteros, y tantos otros.

·         Revisa los precios y los descuentos: los precios de las habitaciones varían enormemente dentro de un mismo hotel —una habitación con ducha es más económica que una con tina e hidromasaje—. Si quieres una habitación más barata, hazlo saber.

Algunos hoteles tienen, por ejemplo, habitaciones en proceso de renovación sin baños, que no suelen mencionar a sus clientes, ya que creen que resultarán inaceptables —pero pueden venirte más que bien a ti—.

Y si planeas estar tres noches o más, o si piensas pagar en efectivo, vale la pena preguntar acerca de los descuentos disponibles.

·         Regatea durante la temporada baja: los precios suelen dispararse con la demanda durante los festivales y de julio a agosto. No obstante, podrás intentar regatear durante la temporada baja.

Si sientes que es demasiado costoso, diles hasta cuánto estás dispuesto a pagar, y podrías llevarte una agradable sorpresa.

·         Llévate un buen libro guía: para dormir bien y de la forma menos
costosa posible en una gran ciudad, necesitarás un buen libro guía que enumere las acomodaciones y las distintas posibilidades presupuestarias. Un buen libro guía es como un amigo que revisa los lugares por ti.

·         Escucha a los corredores de hoteles: ni bien pongas un pie debajo del tren o del autobús, serás abordado por corredores de hoteles que te mostrarán fotos de las habitaciones en alquiler y de otras comodidades.

No te asustes. Suele tratarse de emprendedores cuyos hospedajes no figuran en las guías más comunes, y que pueden facilitarte mucho las cosas. Si te gusta lo que el corredor te dice, y si el hotel no está demasiado lejos, síguelo hasta su hotel.

La única obligación que tienes es la de echarle un vistazo al hotel. Si te gusta, puedes quedarte. Si no, te vas. Posiblemente, habrá cerca otros hoteles dentro del mismo rango presupuestario.

·         El pájaro madrugador se queda con la habitación: si te anticipas a las multitudes, y llegas por la mañana, podrás encontrar que la mayoría de las habitaciones —y las mejores— estarán disponibles.

Si las habitaciones no están disponibles hasta el mediodía, reserva una de todas formas. Deja tu equipaje detrás del mostrador principal y el personal del hotel te lo llevará a la habitación más tarde, mientras tú, por ejemplo, te dedicas a recorrer la ciudad.

·         Permite que los managers de hotel te ayuden: dile al director del hotel en que te encuentras que efectúe una llamada para realizar la reserva en tu próximo destino —ofrécete a pagar la llamada—.

Si estás en un pueblo y tienes problemas para encontrar una habitación, recuerda que nadie conoce tan bien la situación hotelera como los directores de los hoteles locales.
 

 
 
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