Ahora
ya sabemos que la salud o enfermedad comienza por la boca.
Nuestro estomago
comienza con la digestión (mezcla de alimentos), el intestino delgado hace la
absorción de nutrientes y el colon concluye con la eliminación de desechos.
Cuando existe mala
digestión ya sea por lo que se consume (comida chatarra), por los malos hábitos
la comida mal digerida forma desechos que se acumulan, forman reacciones
químicas internas y crean un ambiente acido ideal para las bacterias dañinas (H.
Pylori).
¡Imagínate!
Esto es como si
acumularas la basura de tu casa; por días, meses o por años.
Te aseguro que llegaría
el momento en que tendrías un ambiente putrefacto dentro de tu hogar, mal
oliente, con bacterias y gusanos. Que ya ni tu soportarías.
Lo mismo pasaría dentro
de ti con residuos de comida mal digeridos. Estos estarían creando condiciones
apropiadas para infecciones y todo tipo de males.
¿Cómo estarían de
decepcionados tus órganos internos con este ambiente?
Para comenzar de ahí
nace el sobrepeso que está ligado con la acumulación de toxinas.
Y si no lo sabias: La
sangre envenenada es igual a células, tejidos, órganos y los sistemas del cuerpo
enfermos. Cuerpo repleto de sangre intoxicada.
Inflamaciones. Dolores.
¡Como resultado la gastritis!
¿Qué debes hacer?

La respuesta es fácil,
se debe hacer un cambio en la alimentación y hábitos que ayuden a mejorar la
digestión, eliminar los desechos estancados y tóxicos, y contar con los
nutrientes necesarios para estar bien nutrido y curarte.
¿Cuál es esa
alimentación?
Principalmente alejarte
de lo que acostumbrabas consumir como: