¿No hay hombres?   

O: ¿qué precio estás pagando para estar en pareja?

¿No hay hombres?


 

  


Estoy notando que, en la actualidad, muchas mujeres de más de 30 años, viven con el fantasma de que no hay hombres. Y este fantasma ha generado que estén pagando precios altísimos para sostener una pareja o una familia.

Así, una mujer casada de 43 años, con dos hijos pequeños, tiene dos trabajos, mientras mantiene a su marido, que no tiene ninguno. Este hombre además, dice estar con una gran depresión pero no hace absolutamente nada al respecto. No va al médico ni al terapeuta. Esa depresión sólo le afecta el área laboral, pues sigue comiendo y mucho, saliendo y vistiéndose adecuadamente y con buena ropa.

Otra mujer de 35, también con dos hijos pequeños, está casada con un hombre que sí trabaja y muy bien. Pero la trata con una frialdad espantosa y le es infiel, cosa que es sabida por ella y toda su familia.

Una tercera mujer que ahora tiene 52 años, estuvo casada desde sus 30 y hasta sus 44 con un hombre al que tuvo que mantener y que además de gastarle todos sus ahorros y el dinero que ella había heredado, no tenía relaciones sexuales con ella, más que las pocas veces necesarias para que ella quedara embarazada. Ella nunca supo el motivo, a veces pensaba que su  marido tenía inclinaciones homosexuales, otras que el sexo no le gustaba y había veces en que se le ocurría que tal vez estaba saliendo con otra mujer. La verdad es que se separaron el día que él la abandonó, porque a ella, como a las otros dos que he nombrado anteriormente, ni se le ocurría la idea de la separación. Es más, si pensaba en separarse se aterraba.

Hoy en día, no sé porqué, se ha difundido entre las mujeres la idea de que tienen que sentirse profundamente agradecidas si un hombre les presta atención y eternamente agradecidas si las elige como pareja.
Esto ha generado que, en cuanto al tema de derechos y obligaciones se refiere, la balanza se haya inclinado desfavorablemente en contra de las mujeres. Ellas están obligadas a mantenerse lindas, jóvenes y flacas, a ser profesionales, a trabajar, a atender la casa y los hijos, y si además, tienen casa y auto propio, mucho mejor!!.
La obligación de los hombres, por su parte, ha quedado relegada a tener un trabajo, en el mejor de los casos; pero no mucho más que eso.
Un hombre de 40 años puede ser gordo, panzón y pelado, vivir con su madre, apenas haber terminado el secundario y subsistir con un trabajo mediocre que, si se encuentra con una mujer de igual edad, profesional y exitosa, ella le estará agradecida de que se fije en ella, lo recibirá en su casa con una cena, lo mimará y atenderá y estará rezando para que él se quede a dormir. De estos ejemplos hay por millones!!.
Por su parte, el fantasma femenino es que él estará pensando que ella tiene celulitis y demasiadas ocupaciones y problemas y que tal vez, sería más conveniente buscarse una de 20…
Creo que las mujeres, por lo menos en nuestro país, están pagando precios altísimos por tener una pareja o por sostener una familia.
Creo que se da una contradicción a todas las luces escandalosa, todo lo que las mujeres han conseguido a nivel personal: desde logros económicos y profesionales, pasando por la posibilidad de estar cada vez mejor físicamente no ha generado un aumento de la autoestima en las mujeres sino, todo lo contrario. Muchas mujeres están superando a los hombres en muchos ámbitos: intelectual, cultural, profesional. Incluso la mujer se preocupa por su físico más que el hombre por lo cual, generalmente una mujer de 40 o 50 años está mejor físicamente que un hombre de la misma edad. Sin embargo esta superación ha generado un extraño fenómeno: las mujeres sienten culpa, por un lado y por otro, como no acceden a hombres que estén a su nivel, se conforman con salir con cualquier hombre que les preste atención.

La mujer sigue sin poder elegir. Sólo quiere ser elegida. Por quién, no importa.
Si bien es cierto que la mujer tiene que generar el deseo del hombre, tiene que seducirlo, también es cierto que tiene derecho a elegir a quién le dice que sí y a quién le dice que no.
¿Es tan terrible estar sola y darte la oportunidad de elegir con qué hombre realmente querés estar? ¿Es tan insoportable estar con vos misma?
Te propongo que te otorgues hoy un momento del día para pensarlo y te deseo que, de ahora en adelante, logres disfrutar de tu compañía.

Por Lic. Elizabeth Orlando
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