El
viento, la niebla, el hielo y la nieve, modifican absolutamente el
comportamiento del medio de transporte que utilicemos y se transforma en un arma
peligrosa para su estabilidad.

Por eso es necesario conocer
detalladamente, que pasos seguir en condiciones extremas e inesperadas. En el
caso de quedar atascado en la nieve, por ejemplo, no se debe bajar del vehículo
y alejarse del mismo cuando la nieve es profunda (mas de 25 cm), lo mejor es
verificar que la salida de los gases este libre y encender el motor para
calefaccionar el habitáculo cada 15 minutos, dejando la ventanilla apenas
abierta para renovar el oxigeno.

Antes, colocar un pañuelo o trapa rojo
llamativo en el techo y salir cada tanto a comprobar que no sea tapado por la
nieve, al igual que la salida de gases. Mantenga cierto movimiento corporal para
asegurar la circulación sanguínea (puede auto masajearse los pies, y manos
acercándolos a las bocas de calefacción).

Aproveche el momento en el que prende el
motor para encender las luces de posición y las balizas (no lo haga todo el
tiempo para no agotar la batería).

En estos casos, racionalizar los recursos
es imprescindible, con los alimentos por ejemplo, tenga mesura y considere que
el tiempo de espera puede extenderse. Use la radio para estar informado del
pronostico del tiempo y abríguese todo lo que pueda para mantener el calor.

El auto, como su cuerpo necesitan mantener
ese calor, por eso durante la noche, asegúrese de dar marcha el motor cada por
lo menos una hora, previendo que los cables y otros instrumentos del vehículo
pueden sufrir de congelamiento y aprovechando para calefaccionar la cabina.

Ante los momentos críticos como este, lo
mejor que se puede hacer es mantener la calma y ser inteligentes para guardar
una estrategia que le permita sobrevivir hasta que alguna patrulla, lo descubra
y lo ayude a salir del problema.