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Capacitación, una necesidad permanente

Pensar que ya estudiamos bastante puede convertirse en un enemigo poderoso. Sin embargo, el aprendizaje es una forma de supervivencia en la vida y en el trabajo.

N0 podemos adquirir un conocimiento en forma aislada al medio que nos rodea, aprendemos en tanto interactuamos, con personas, con objetos, con todo lo que constituye nuestro entrono, y hoy el mundo cambia vertiginosamente.

Los desarrollos científicos y tecnológicos son cada vez más rápidos y ambiciosos y nos plantean una necesidad permanente de actualización y capacitación, tanto para el desempeño laboral como para el desarrollo de nuestra vida cotidiana.

A diferencia de la educación, (la formación general a mediano y largo plazo), podemos pensar en la capacitación, como el desarrollo de habilidades específicas aplicables en el corto plazo. En ambos casos, se trata de procesos centrados en las personas, por lo cual requieren de un “sentido”, una significación, un para qué.

Las organizaciones, en mayor o menor medida, brindan capacitación a sus integrantes. Esta capacitación está orientada (y está bien que sea así) a las necesidades propias de la organización; beneficia tanto a los objetivos organizacionales como a los individuos en tanto favorece su desarrollo laboral.

Fuera de la organización, cada persona es quien debe evaluar cuáles son sus expectativas y necesidades de capacitación y cuál es el grado de compromiso que está dispuesta a asumir para alcanzar sus objetivos.

La detección correcta de la necesidad, “aquello que necesitamos aprender”, es el primer paso a seguir antes de emprender cualquier tarea de capacitación y determina en gran parte el éxito futuro.

A modo de ejemplo, alguien puede contar con un excelente producto pero necesita adquirir técnicas de comercialización y ventas.

O bien, puede tener a su cargo un grupo de trabajo, pero desconocer los enfoques actuales del liderazgo y la conducción. Así, en cada caso particular, la capacitación no debería encararse sin tomar en consideración la situación vital de la persona, ya que se encuentra directamente vinculada con su proyecto. En este proyecto se ponen en juego las motivaciones (conscientes o inconscientes), las estrategias, los temores, las fortalezas y las debilidades.

A veces sentimos que “ya estudiamos bastante” o dudamos a cerca de “si vale la pena seguir gastando tiempo y dinero”. Esto puede convertirse en un enemigo poderoso.

Otros obstáculos del aprendizaje son: el creer que con lo que ya sabemos es suficiente, que ya pasó el tiempo de estudiar o simplemente el temor a equivocarse.

Lo que nos ayuda es saber que nunca empezamos “de cero”, todo lo que ya hemos aprendido se convierte en un aliado para acercarnos a lo nuevo; que no estamos solos, en tanto aprendemos interactuando con otros (capacitadores y compañeros) y todos aportan para enriquecer el proceso. La capacitación, bien encarada y con un objetivo claro, es una inversión que, eso sí, es tarea de cada uno recuperar.

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