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Las redes sociales y el internet móvil han dado lugar a un extraño fenómeno
llamado selfie. Pero no todo el mundo está familiarizado con el término, así que
esta es una breve definición.

Selfie: una foto de uno mismo, por lo general compartida en cualquier
sitio de redes sociales.
Eso es todo, de verdad. Pero hay muchos más significados de por qué lo hacemos y
por qué se ha convertido en una tendencia tan masiva.

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¿Quiénes se sacan selfies?

Todo el mundo se saca selfies, pero los más jóvenes parecen estar especialmente
involucrados en la tendencia, sobre todo porque los adolescentes y las personas
de entre 18 y 34 años utilizan más la tecnología que sus mayores.

Algunos selfies son primeros planos extremos, otros muestran parte de un brazo
sacando músculos y algunas fotos incluso muestran a la persona parada frente a
un espejo de baño, para poder obtener una foto de cuerpo entero de su reflejo.

Existen un montón de estilos de selfies, y estos son algunos de los más comunes.

Dado que las redes sociales son la fuerza impulsora de la mayor parte de la
actividad selfie, los más jóvenes que buscan mantenerse conectados con sus
amigos, novios, novias o compañeros, suelen compartir selfies regularmente.


¿Por qué la gente se saca selfies?


¿
Quién sabe qué tipo de factores psicológicos llevan a cualquier persona a
tomarse una selfie y subirla a las redes sociales
?

La situación de cada persona
es diferente, pero estas son algunas de las teorías más comunes:

Para llamar la atención de la mayor cantidad posible de personas:
a la
gente le gusta llamar la atención en las redes sociales, y todos esos "me gusta"
y los comentarios de los amigos son una manera rápida y fácil para recibir
elogios y estimular el ego.

Para recibir un impulso de autoestima:
esta es otra razón por la cual los
jóvenes pueden ser los que encabezan la tendencia selfie.

No sólo están
conectados a la red en todo momento, además tienen más problemas de autoestima;
muchos de estos adolescentes o jóvenes podrían subir selfies para enfrentar a su
propia autoestima.

Para presumir:
es la naturaleza humana querer mostrar los grandes logros
propios. Cuando uno se siente bien con uno mismo (o quiere quedar bien), es muy
fácil agarrar el teléfono y documentar todo a través de uno (o varios) selfies.

Para llamar la atención de una persona en concreto:
los jóvenes que están
conectados en una red social con alguien que admiran pueden sentirse más
tentados a publicar selfies atractivos como una manera de atraer su atención,
sobre todo si son demasiado tímidos como para hacerlo en persona.

Es un extraño
método de coqueteo moderno que ha surgido desde el desarrollo de la telefonía
móvil
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Aburrimiento:

hay personas que se aburren en el trabajo, en la escuela, en su casa o en el
baño. Es cierto: algunas personas se sacan selfies porque no tienen nada mejor
que hacer.

Porque las redes sociales son divertidas:
por último, las redes sociales
tienen que ver con ser sociable.


Si eso significa subir tantos selfies como sea
posible, entonces que así sea. Algunas personas no tienen una verdadera razón
para hacerlo.


Simplemente lo hacen porque les gusta, porque es divertido, y
porque es una manera novedosa de documentar su propia vida.


Aplicaciones, filtros y redes sociales móviles

Tenemos que agradecerles a las cámaras con pantalla frontal por la cantidad de
selfies que aparecen en la web actualmente. Estas son algunas de las
herramientas más populares que la gente usa para sus selfies:

Instagram: Instagram es una red social de intercambio de fotos, que se
basa en los dispositivos móviles. Tiene muchos grandes filtros que uno puede
utilizar para que sus selfies luzcan artísticas o resaltadas. Instagram y
las
selfies van de la mano.

Snapchat
: Snapchat es una plataforma de mensajería móvil que le permite a
los usuarios chatear a través de fotografías o vídeos, por lo que la actividad
principal, básicamente, depende de los selfies.

Los mensajes se autodestruyen
unos minutos después de que el destinatario los abre, por lo que el objetivo es
tomar tantos selfies como sea posible para mantener una comunicación fluida.

Facebook
: por último, pero no por eso menos importante, la mayor red
social también es un lugar ideal para los selfies.

Tal vez no tanto como Instagram o Snapchat, pero poder acceder a Facebook a través de las aplicaciones
móviles (o las aplicaciones de Facebook para cámaras) hace que sea fácil enviar
sus fotos allí para que todos sus amigos las vean.

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Como es de esperar, la práctica de fotografiarse a uno mismo y compartir esa
imagen a través de las redes sociales es más común en la "generación del nuevo
milenio": más de uno
de cada dos había compartido una auto-foto.

También lo han hecho casi un 25 por
ciento de los clasificados como "Generación X" (definida como aquellas personas
que nacieron entre 1960 y principios de la década de 1980). La auto-foto se está
popularizando.


Pero la suposición de que
compartir selfies es o debería ser vergonzoso se repite frecuentemente en la
cobertura periodística y académica sobre el tema.

Muchas estadísticas se
refieren a esta práctica señalando la cantidad de personas que "admiten" haber
publicado selfies.

Ciertos calificativos despectivos, como "inútil" y
"narcisista" aparecen, inevitablemente, en cualquier conversación sobre las selfies. Y frases como "ocasión especial", "un paisaje hermoso", e "irónico" se
utilizan para justificarlas.


Pero más de una cuarta parte de las personas lo hace, y más de la mitad de las
personas entre 18 y 33 llevan a cabo esta práctica. ¿Por qué?

Las razones que
habitualmente se mencionan (vanidad, narcisismo, búsqueda de popularidad) son
tan superficiales como, según afirman los críticos de la selfies, lo es esta
práctica.

Desde la perspectiva sociológica, todas las prácticas culturales
masivas esconden más de lo que parece. Utilicemos este enfoque para profundizar
en la cuestión de por qué nos sacamos selfies.


1. La tecnología nos obliga


En pocas palabras, la tecnología física y digital hace que sea posible, y por
eso lo hacemos.

La idea de que la tecnología define la estructura del mundo
social y de nuestra vida es un argumento sociológico habitual, y
suele ser muy reiterado por los teóricos e investigadores que han rastreado la
evolución de las tecnologías de la comunicación (y también otros tipos de
tecnología) a través del tiempo.

La selfie no es una nueva forma de expresión.
Los artistas han diseñado autorretratos durante milenios, desde la época de las
cavernas y la pintura clásica, hasta las fotografías y el arte moderno.

Lo
novedoso de las selfies de hoy en día es su popularidad y su ubicuidad. El
avance tecnológico separó el autorretrato del mundo del arte y se lo dio a las
masas.


Ahora, esas tecnologías físicas y digitales que hacen que el acto de
autofotografiarse sea una forma de racionalidad tecnológica
ejercen una racionalidad propia, que influye en la forma en que vivimos nuestras
vidas.

La fotografía digital, las cámaras que apuntan hacia el frente, las
plataformas de las redes sociales y las comunicaciones inalámbricas generaron
una serie de expectativas y normas que ahora impregnan nuestra cultura.

Podemos
hacerlo, y por eso lo hacemos. Pero también lo hacemos porque tanto la
tecnología como nuestra cultura esperan que lo hagamos.


2. El trabajo de identidad se ha vuelto digital


No somos seres aislados, ni llevamos vidas estrictamente individuales.

Somos
seres sociales que viven en sociedades y, como tales, nuestras vidas están
moldeadas fundamentalmente por las relaciones sociales que establecemos con
otras personas, instituciones y estructuras sociales.


Siendo fotos destinadas a
ser compartidas, las selfies no son actos individuales; son actos
sociales
.

Las selfies en particular, y nuestra presencia en las redes sociales en general,
forman parte de lo que los sociólogos definen como "trabajo de identidad" -el trabajo que hacemos a diario
para asegurarnos de que los demás nos ven como nosotros queremos mostrarnos.

Lejos de ser un proceso estrictamente innato o interno, la expresión de la
identidad siempre ha sido entendida por los sociólogos como un proceso social.

Las selfies que nos sacamos y compartimos están diseñadas para presentar una
imagen particular de nosotros mismos y, por lo tanto, para modificar la
impresión que generamos en los demás.


El En la era digital nuestras vidas están cada vez más proyectadas,
enmarcadas y filtradas en las redes sociales.

Tiene sentido, entonces, que el
trabajo de identidad se lleve a cabo en esta esfera. Todos desarrollamos el
trabajo de identidad mientras caminamos por el barrio, por la escuela y por
nuestro lugar de trabajo.

Lo expresamos en la forma en que nos vestimos; en la
manera de caminar, de hablar, y de mover nuestro cuerpo. Lo expresamos por
teléfono y por escrito.

Y ahora, lo hacemos también por correo electrónico, a
través de los mensajes de texto, en Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr y
LinkedIn.

Un autorretrato es la expresión visual más obvia del trabajo de
identidad, y la forma socialmente masiva, la Selfie, es ahora un formato común,
tal vez incluso necesaria para este trabajo.


3. El meme nos obliga


El meme es descripto por los especialistas como un objeto o entidad cultural que
fomenta su propia replicación.

Puede aparecer en forma musical, manifestarse en
estilos de baile, o manifestarse en las tendencias de la moda y el arte, entre
muchas otras cosas.

Hoy en día, los memes abundan en internet, a menudo en tono
humorístico, pero con una presencia e importancia cada vez mayor como formato y
modo de comunicación.

En las formas pictóricas que llenan nuestros muros de Facebook y Twitter, los memes suponen un aporte de gran alcance comunicativo,
con una combinación de imágenes y frases repetitivas.

Están densamente cargados
de significado simbólico. Como tales, obligan a su replicación; si no tuvieran
sentido, ni arraigo cultural, nunca se convertirían en memes.


En este sentido, las selfies son, en gran medida, un tipo de memes. Se ha
convertido en algo normativo que hacemos, y que se traduce en patrón repetitivo
y que nos representa a nosotros mismos.

El estilo exacto de la representación
puede variar (sexy, malhumorado, serio, tonto, irónico, borracho, "épico",
etc.), pero la forma y el contenido general -una imagen de una persona o grupo
de personas que ocupan el encuadre, tomada desde una distancia igual al largo
del brazo- siguen siendo los mismos, una y otra vez.

La selfie, como un meme,
es una construcción cultural y una forma de comunicación que ahora está
profundamente difundida en nuestra vida cotidiana, y cargada de sentido y
significado social.

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