Una entrevista de
trabajo no sólo es la forma en que su posible empleador tiene de evaluarlo,
también es el momento en que usted puede evaluar a su posible empleador. Si se
ha sentido incómodo en la entrevista, piense que esa es una prueba de cómo se
sentirá en el trabajo. Esté atento a los indicios que pueden llevarlo a esa
conclusión.
Antes de ir a la
entrevista sepa cuáles son las condiciones que espera tener el trabajo. Hágase
una lista detallada. También puede averiguar algo de la empresa, seguramente
podrá buscar en Internet información acerca de su historia, objetivos, etc.
Puede
empezar su propia evaluación con el edificio en donde está instalada la empresa.
Observe el pasillo, el piso, las paredes, las oficinas, la recepción, todo lo
que esté al alcance de su vista mientras es conducido a la sala donde la
entrevista se llevará a cabo.
El mantenimiento del edificio y la calidad de los
materiales son pruebas de cómo se maneja la empresa de puertas para adentro y
de cómo se maneja con sus empleados.
Aunque esperar sea algo común al asistir
a entrevistas, tampoco pueden dejarle sentado más de diez minutos. Su tiempo
también es valioso y no debe permitir una falta de respeto. Si lo permite antes
de tener el trabajo imagine qué sucederá cuando esté trabajando allí.
Su
entrevistador puede comenzar a hacer preguntas personales, o que a
usted pueden parecerle fuera de lugar. En ese caso debe pedir que deje de
hacer esas preguntas o retirarse de la entrevista porque es un ejemplo de cómo
será tratado en caso de trabajar allí.
Existen actitudes que pueden observarse
en el lenguaje corporal: si su entrevistador se sienta demasiado cerca de
usted, o le habla con el rostro pegado al suyo de manera de hacerlo sentir
incómodo también tiene derecho de pedir que deje de hacerlo o irse de allí.
Deberá evaluar a su entrevistador con sumo cuidado. A veces pueden comportarse
de forma agresiva sólo para ver su reacción. Si es así, respóndale con
autoridad y si no, simplemente diga ¨gracias, pero el trabajo no me interesa¨.
Estudie con detenimiento los beneficios que le ofrece la empresa: salario,
cobertura social y médica, seguros, vacaciones, etc. Asegúrese de que le paguen
lo que a usted le corresponde y si no es así déjelo en claro. Recuerde que los
empleadores quieren pagar lo menos posible, hágase valer.
Recuerde que no
tiene por qué tolerar una falta de respeto o condiciones que no le parecen las
apropiadas. Hacerse respetar también es valorado por muchos empleadores. No
acepte nada que no le satisfaga, recuerde que es algo con lo que tendrá que
vivir mucho tiempo y puede arrepentirse.
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