Bonos como alternativa de inversión
Un bono es un
préstamo. Es básicamente un pagaré en el que los términos de
amortización, la fecha y la tasa de interés están cuidadosamente detallados en
un documento legal.
Muchas corporaciones, agencias federales, gobiernos locales, etc. cuando
necesitan algo hoy, prometen pagar por ello en algún momento en el futuro. Y
esas promesas son los bonos.
Cada año se emiten millones y millones de bonos. Y el mercado de bonos en su
totalidad es asombrosamente grande. El valor total de los bonos que se
encuentran en circulación en el mercado mundial es aproximadamente de US$ 61
trillones, según la Asociación de la Industria y los Mercados Financieros. En
comparación, el valor total de las acciones en los mercados globales ronda los
US$ 50 trillones.
Tipos de bonos
Existen diferentes tipos de bonos: desde Notas del Tesoro hasta los bonos
“Bowie”. Existen bonos razonablemente seguros, que se denominan “grado de
inversión”
También existen bonos más riesgosos, llamados "bonos inferiores al grado de
inversión", los bonos de "alto rendimiento", y los “bonos basura"
Para hacer las cosas aún más confusas, ciertos bonos son denominados con nombres
diferentes. A veces se los denomina títulos de renta fija. Otras veces se los
denomina títulos de deuda.
Existe un "mercado primario", que es en donde se venden los bonos por primera
vez. Luego está el "mercado secundario", una parte confusa y oculta de la bolsa
de Wall Street, en donde los bonos pueden ser objeto de comercio.
Rasgos comunes de los bonos
Pero no importa cómo se los denomine y no importa dónde los compre,
prácticamente todos los bonos comparten algunos rasgos comunes:
• Valor nominal: cuando se crea un bono, se le otorga un valor nominal
determinado, a veces denominado el valor principal del bono.
Al igual que en un préstamo personal, el valor principal se refiere al monto de
dinero que el prestatario debe devolver al prestamista al final del plazo del
préstamo.
Por lo general, a los bonos se les suele asignar un valor nominal de $1.000. De
esta manera, una emisión de bonos de $100.000.000, en el que una empresa está
buscando préstamos por $100.000.000, implicaría la venta de 100.000 bonos con un
valor nominal de $1.000 cada uno.
• Tasa de interés: casi todos los bonos pagan una tasa de interés (las
excepciones son los bonos de cupón cero y las "tiras").
Estas tasas suelen estar ligadas de manera directa al riesgo que acarrea el
bono. Cuanto mayor sea la probabilidad de que un emisor de bonos no pague sus
deudas, mayor será la tasa de interés que deberá pagar para atraer a los
inversores.
Las tasas de interés se calculan como un porcentaje del valor nominal del bono.
Y por lo general, los pagos de intereses de los bonos se producen dos veces por
año. La tasa de interés anual de un bono se denomina “rendimiento”.
• Fecha de vencimiento:
los bonos no duran para siempre. Todos ellos tienen una fecha de vencimiento,
momento en el que el emisor del bono debe devolver el capital al inversor.
Algunos bonos tienen una vida útil muy corta. Otros duran décadas. Los bonos
cuyo vencimiento es menor a cinco años se denominan bonos cortos.
Los que tienen un vencimiento de entre cinco y doce años se llaman bonos
intermedios. Y se considera bonos largos a aquellos que tienen vencimientos de
doce años o más.
• Calificación de las agencias de créditos:

¿Qué tan seguro es un bono? ¿Qué probabilidad hay de que el emisor caiga en
bancarrota y no pague el préstamo? ¿El emisor contará dentro de ocho años con
suficiente flujo de efectivo como para hacerle frente a los intereses?
Estas son preguntas complejas que requieren mucho tiempo e investigación para
responder. Afortunadamente, usted no tiene que hacer ese trabajo.
Existe toda una industria dedicada a determinar la seguridad de los bonos y a
compartir esa información con los agentes y los inversionistas.
Las agencias de calificación de créditos le asignan diferentes calificaciones
con letras a los bonos.
Entre las principales se puede mencionar a Moody's, Standard & Poors(S & P),
Fitch Ratings, AM Best, entre otras.
A
simple vista se puede saber que un bono con una calificación de “A” de Moody se
considera mucho más seguro que un bono con una calificación de “C” de Fitch.
Sin embargo, vale la pena señalar que la crisis financiera mundial del mercado
de valores de 2007-2008 demostró que incluso para los organismos expertos en
créditos resultaba difícil analizar algunos de los bonos que habían sido creados
durante el auge de la economía.
Aprender a comparar estos factores comunes, usted podrá insertarse en el
complejo mundo de las inversiones de renta fija y determinar qué bonos funcionan
mejor para su cartera de inversiones.
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