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Aprender idiomas previene el Alzheimer

Hablar dos o más lenguas retrasa la aparición de demencia, según un estudio reciente

Bilingüismo y demencia

Científicos canadienses han demostrado que las aptitudes idiomáticas demoran la presencia de enfermedades mentales como la demencia.

No importa la manera en que se aprendan los idiomas ni la gramática que se adquiera. Lo realmente valioso es que hay que manejar dos sistemas de lenguaje por completo y a la vez”, explica Ellen Bialystok, investigadora canadiense del Instituto de investigación Rotman.

El informe ha sondeado a 184 personas de Toronto, Canadá y el equipo de investigación encontró marcadas diferencias entre aquellas que sabían idiomas y quienes no hablaban una segunda o tercera lengua.

Entre los individuos que desconocían lenguas, la enfermedad comenzaba a aparecer a la edad promedio de 70,8 en hombres y 71,9 en mujeres, pero quienes sabían dos o más lenguajes la demencia no comenzó a surgir sino hasta la edad promedio de 76,1 en hombres y 75,1 en mujeres.

La investigación aporta el beneficio de mantener la mente lo más ágil posible para prevenir enfermedades degenerativas.

“La demencia contiene y despliega en abanico los males mentales que afectan la memoria como la pérdida de atención, problemas en el habla y el Alzheimer”, señala el neurólogo argentino Felipe Zavala.

No importa de qué manera se intente frenar o retrasar el declive cognitivo. Lo importante es que hay mecanismos que pueden burlar la enfermedad y esquivarla por años. Incluso lograr que nunca aparezca.

Por eso la importancia de seguir investigando y lograr que la gente tome consciencia de los males que se pueden prevenir”, agrega.

Tener conocimiento que el desarrollo de lenguas es beneficioso no sólo para la educación y posible futuro profesional, sino también como medida para mantener una mente sana y ágil resulta positivo.

El inglés ya no es un idioma. Es un código de uso universal. En casi todos los lugares de este mundo se habla inglés, se enseña el idioma como una herramienta imprescindible al nivel de tener que aprender a leer y escribir, lo que ocurre es que no hay consciencia aún de que debe impartirse como una materia natural en todas las escuelas”, comenta Silvana Kelso, profesora de lengua y literatura de la Escuela Bilingüe de Auckland, Nueva Zelanda, Directora del departamento de inglés de la institución y que también ha sido examinadora de Cambridge durante muchos años.

Aprender idiomas para alejar el Alzheimer

El manejo de un idioma desde temprana edad facilita el desarrollo en otras áreas. “Una persona que ya conoce una lengua extranjera aprende con mucha más facilidad un tercer idioma.

La incorporación de lenguas conlleva a una agilidad que se debe a que es un constante trabajo el que la mente debe hacer para comprender ese idioma, incorporarlo mentalmente, pensarlo en el propio idioma y dar una respuesta en otro lenguaje diferente.

Es un aprendizaje permanente y si se adiestra a un niño en varias lenguas y se mantiene su asimilación toda la vida los beneficios son enormes”, explica especialmente para www.enplenitud.com

La mente necesita ejercitarse continuamente. “Hay que mantenerla activa ya que si no se utiliza pierde fuerza. Los problemas mentales se producen debido a la reducción de las dendritas, (ramas de las neuronas) y en esto no tiene que ver una avanzada edad sino sencillamente a la falta de uso.

Las dendritas se atrofian si no se conectan y la habilidad del cerebro para procesar información pierde su eficacia. Por tal motivo, todo lo que lleve a un pensamiento, ya sea matemático o no es una buena manera de conservar la mente sana”, aconseja Zavala.

El estudio despierta la idea de hacer aerobics con la memoria. Estirarla, hacerla ir y venir constantemente, provocarla y desafiarla con crucigramas, problemas matemáticos, cálculos, conversaciones y debates con otras personas que despierten constante vitalidad.

Algunos consejos sencillos para ejercitar la mente:

 Usar la mano no dominante para comer, peinarse, escribir.

 Cambiar de ruta para ir al trabajo o a estudiar.

 Cambiar las cosas de lugar en la casa para evitar que el cerebro construya un mapa mental.

 Aprender un idioma nuevo.

 Cambia el mouse del ordenador al lado contrario de donde lo usas habitualmente.

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