Viajes sin dejar de estar en forma
Para aquel que sigue su rutina de
ejercicios físicos con rigurosidad, el hecho de tener que viajar periódicamente
a causa del trabajo puede representar un problema. La regularidad es un elemento
insoslayable cuando de trabajar el propio cuerpo se trata.
Para no romper las rutinas que ayudan a mantenernos saludables, y que a veces
tanto cuesta adoptar, se pueden tomar algunas precauciones.
1. Al reservar el hotel, asegurarse de que tenga gimnasio. Si el horario del
gimnasio no coincide con el resto de las actividades a desarrollarse en el
viaje, hacer consultas adiciones sobre gimnasios existentes en la zona aledaña.
Incluso no sería extraño que algún hotel sin gimnasio propio tenga algún tipo de
arreglo con un local de la zona. Nunca está de más preguntar.
Si no, la mayoría de los hoteles posee piletas: nadar es una excelente opción
cuando no se tiene tiempo para una sesión de footing o una caminata.
2. Aprovechar cada tiempo muerto (esperas, demoras, reuniones que se postergan o
se reprograman) para estirar un poco las piernas. Una breve caminata o sesión de
jogging puede ser el preámbulo ideal de una sesión nocturna de gimnasio.
Esté siempre atento y preparado para anticipar este tipo de situaciones y
capitalizarlas a su favor.
3. Si el viaje en avión es largo, durante el mismo asegúrese de realizar una
corta caminata cada hora. Esto evitará la hinchazón en pies y tobillos, a la vez
de actuar como distracción. Quebrar la rutina en situaciones especialmente
monótonas sirve además para despejar la mente.
4. Evite la deshidratación a bordo del avión. Para esto, asegúrese de tomar al
menos medio litro de agua por hora. Además conviene evitar el alcohol, la
cafeína (tanto en el café como en bebidas gaseosas) y las comidas muy saladas.
5. La almohada también es una buena opción. Esta regla se aplica tanto durante
el viaje como en el lugar de destino. Si todo lo demás falla, al menos asegúrese
de dormir bien (entre 8 y 10 horas es lo recomendable).
Si pudo realizar todas sus tareas laborales y además tuvo la chance de
ejercitarse, tampoco es excusa para no descansar de manera adecuada. Esto lo
predispondrá mejor para encarar las actividades del día siguiente.
6. Al llegar a la ciudad de destino, saque provecho de los alrededores del lugar
donde se hospeda. Si está cerca de la playa, nada mejor que un poco de jogging
en la arena bien temprano.
Si a pocas cuadras hay un parque, no lo dude: la mejor opción para ejercitarse
será ésa. Como última alternativa, evite tomar taxis cuando la distancia lo
permita y desplácese caminando al lugar de reunión convenido.
7. El reloj es su amigo. La regularidad es un factor crucial en la ecuación de
la salud. Tanto las horas destinadas a la comida, como al sueño y al ejercicio
deben estar delimitadas, no de manera absoluta pero sí con fronteras claras.
Si elige hacer ejercicio temprano a la mañana, mantenga ese horario durante lo
que dure su viaje de negocios. Si deja los trabajos físicos para el final del
día, no los postergue ante otro plan en principio más seductor.
Con un poco de voluntad, en su agenda encontrará un tiempo y un espacio para
todas las actividades propuestas.
8. Coma bien. No debe olvidarse a la dieta como un factor complementario del
ejercicio. Frutas y verduras son lo primero a tener en cuenta. Lleve consigo
pequeños y nutritivos tentempiés en su portafolio o mochila.
Al comer afuera, busque siempre las comidas más sanas. En el hotel, se puede
pedir que traigan a la habitación bandejas de frutas u otros menúes en ese
estilo.
9. Haga ejercicio en su habitación. Entre cuatro paredes también es posible
realizar una serie de trabajos físicos que, aunque limitados, son mucho mejores
que resignarse al sedentarismo absoluto.
Sentadillas, abdominales, flexiones y elongaciones musculares no deberían ser un
problema, sin importar cuán reducido sea el espacio con que se cuente. Si
practica yoga, también es una opción viable.
Ninguna de estas actividades requiere ningún equipamiento o ropas especiales.
Empezar por lo más básico suele ser una buena ayuda la mayoría de las veces.
10. Tenga en cuenta todos estos consejos al armar la valija. Esta vez dejamos lo
más importante para el final. Antes de partir, incluir en nuestro equipaje todo
lo que necesitemos para asegurarnos de poder realizar ejercicio de manera
adecuada.
Desde una cuerda para saltar (aunque suene extraño, es un excelente ejercicio
aeróbico y muy fácil de realizar), hasta la ropa con la que nos sintamos más
cómodos, y todos los complementos que consideremos necesarios para cada uno de
los trabajos físicos que tengamos previsto efectuar.
Estos elementos no suelen ocupar mucho espacio en la valija y son como la salud:
se hacen notar sólo cuando faltan.
Si seguimos todos o algunos de estos consejos en ocasión de un viaje, se
terminarán las excusas para no mantenerse en forma.
A veces lo que puede ser un obstáculo para la rutina física se termina
transformando en oportunidad. De eso se trata.