España a bordo del AVE
El sol de Andalucía, los enormes patios con jardines y la mezquita de Córdoba,
sumada a la pura, colorida, arquitectónica y movilizadora Madrid hacen de ese
país una de las elecciones preferidas por la mayoría de los viajeros.
Uno de los atractivos que tiene es la posibilidad de recorrerla a través del
AVE, el flamante tren de alta velocidad que cubre un trayecto de Madrid-Sevilla,
de 470 kilómetros en apenas dos horas y cuarto, pasando por un ensoñador paisaje
con olivos.
Este tiempo es suficiente para mostrarnos desde el brillo de la mundana Madrid a
la ciudad de las tres culturas: la Giralda (que nuclea a las religiones
islámica, judía y cristiana).
Allí se puede contemplar el Alcázar mudéjar, levantado sobre parte de lo que era
la Acrópolis romana, los barrios judíos de Santa Cruz y San Bartolomé, la
portentosa Catedral gótica construida en el siglo XIV por arquitectos serbios.
La ciudad es antiquísima. Históricamente, sus habitantes más remotos habitaron
allí hace 7 mil años, primeramente lo hicieron los íberos y luego los fenicios.
En semana Santa, la fiesta mayor de Sevilla, la ciudad entera se transforma
íntegramente en una teatralidad folklórica. Con una sucesión de escenas de
pasión en demasía, una experiencia para ser vivida y de ninguna manera narrada.
Córdoba: la mezquita y los enormes patios
El símbolo más destacado de Córdoba es su Mezquita, que expresa lo mejor del
arte árabe hispano. Fue iniciada en el año 785 por Abderramán I y su interior
está poblado por centenares de columnas de mármol distribuidas en distintas
gamas de colores que ilusionan como si uno se moviera caminando hacia ellas. Su
arquitectura tiene un carácter místico.
Del interior de la Mezquita llama la atención la superposición de la Catedral
cristiana con sus altares colocados bajo los arcos árabes. Allí yacen enterrados
Góngora y el Inca Garcilazo.
Un lugar interesante para visitar es el Museo Arqueológico, uno de los más
renombrados de España; con su ciervo de bronce encontrado en Medina Azahara, que
constituye la pieza más importante del lugar.
Otra imagen urbana de Córdoba son sus patios. Los más frondosos se ubican en el
Barrio de la Judería. Allí existe el “concurso de patios”, el más premiado del
Municipio, que ostenta mil quinientas macetas, cada una con su propio geranio
florecido o su malvón.
El encanto de Madrid
Madrid es la capital más alta de Europa con 646 m, con mayor pureza y menor
índice de humedad. Arquitectónicamente, es el resultado de la amalgama de
variados estilos superpuestos.
El más típico se encuentra en el Viejo Madrid, sobre todo en la elegante Plaza Mayor construida en el reinado de Felipe III a principios del siglo XVII: con sus cuatrocientos treinta y siete balcones que dan a la memorable plaza, los madrileños fueron partícipes de innumerables acontecimientos sociales y políticos como: torneos, bodas reales, autos de fe y hasta fiestas populares.
Hoy en día, sigue siendo uno de los principales puntos de encuentro de la
ciudad. Sobre todo en el rubro gastronómico, los restaurantes y cafés invaden
con sus mesas el histórico empedrado de la Plaza.
También hay otro lugar destacado en las fruiciones culinarias que son las
famosas “cuevas” bajo el Arco de Cuchilleros, quintaesencia del alma madrileña,
donde se dan cita la jarana, el cante jondo y el clásico “tapeo” hasta la
madrugada.
En el barrio fascinante de los Borbones, el más elegante y residencial de la
ciudad, se dan cita los turistas deslumbrados por el Museo del Prado, la
pinacoteca clásica más importante del mundo.
Allí, las Meninas de Velázquez, Las Majas de Goya, las telas de El Greco y de Rafael, los Rembrandt o los delirios infernales de El Bosco, justifican por sí solos un viaje a esta intrigante ciudad, auténtico centro de cultura y desborde de alegría.