Cómo elegir el mejor preservativo
Las luces son tenues. Ella se ha despojado de sus ropas y tus boxers están a la altura de tus tobillos. Estás a punto de echar manos al asunto, pero todavía queda un paso más. Sí, debes elegir el mejor preservativo para tu protección.
Todos sabemos que elegir el mejor preservativo es una necesidad en un
mundo de enfermedades exóticas, de modo que nos ahorraremos el trabajo
de enumerar los riesgos de un usarlo.
Sin embargo, y más allá de la importancia de los preservativos, vale
aclarar que en la actualidad no son el más popular de los accesorios. Es
cierto: los preservativos pueden ser una molestia y atentar contra los
placeres del sexo.
No obstante, he aquí la paradoja: si bien la mayoría de nosotros no los
disfrutamos, sabemos que debemos usarlos.
A continuación, algunos consejos para elegir el mejor preservativo.
Elige la mejor marca
Todos tenemos nuestras preferencias en cuanto a materiales y texturas a
la hora de elegir el mejor preservativo. Por lejos, el material para
preservativos más avanzado es un poliuretano medicinal conocido como
Microsheer, que es más fino y resistente que el látex. Los preservativos
de Microsheer son un poco más costosos, pero valen su precio a raíz de
la mayor sensibilidad que proporcionan.
La aparición de los preservativos de Microsheer representa un paso
adelante en el mundo de los profilácticos. Estos novedosos preservativos
transmiten el calor corporal, son hipoalergénicos, y lo tienen olor ni
sabor.
Esto quiere decir que tu mujer no deberá pasar un momento desagradable
si decide darte una dosis de
sexo oral
en medio del acto principal. Y tú que creías que la ciencia era hecha
por introvertidos en guardapolvos blancos.
El Tactylon es otro desarrollo bienvenido en la industria de los
profilácticos. Al igual que el poliuretano, el Tactylon no provoca
reacciones alérgicas y a raíz de su elasticidad es más cómodo que el
látex.
También es un poco más costoso, pero definitivamente es una alternativa
más económica que un funeral o un bebé.
Si no estás listo para invertir en poliuretano o Tactylon, existen muchas otras opciones más económicas. Siempre puedes optar por los “texturados para su mayor placer”, “los ultrafinos para una gran sensibilidad”, o los preservativos de colores y saborizados.
En el lugar indicado
Mantén tus preservativos en un lugar fácilmente accesible, pero no muy a
la vista.
Algunos hombres los dejan sobre la mesita de luz, y si bien están
definitivamente a la mano, algún amigo o pariente podría entrar en tu
habitación y verlos con facilidad (cosa que no es apropiada).
En cambio, ubica los preservativos en un neceser ubicado inocente y
estratégicamente cerca de la
cama.
Sólo con un pequeño estirón debes ser capaz de agarrarlos.
Recuerda que debes tener nada más que algunos preservativos. No es de buen gusto tener una caja entera, o docena de profilácticos sueltos, ya que esto no puede conducirte a otra cosa que una discusión acerca de tu promiscuidad.
Desde luego, las oportunidades de tener relaciones no van a darse
siempre en tu casa. En consecuencia, siempre que creas que existe la más
remota posibilidad de tener acción, será atinado llevar contigo uno o
dos preservativos.
Llévalos en el bolsillo del pecho de tu chaqueta, donde estarán
seguramente separados de las llaves, el dinero, y las tarjetas de
crédito.
Si los llevas en la billetera o en los jeans, corres riesgos de dañarlos
o mostrarlos delante de ojos equivocados cuando vayas a sacar algo de
tus bolsillos.
Colócalo rápido
Bien, ahora que sabes cómo elegir el mejor preservativo es tiempo de
ponérselo. Pongan sus cronómetros en cero, amigos (en esta secuencia, el
tiempo es importantísimo).
Sólo dispones de unos cuantos segundos antes de que pierdas el momento o
ella tenga segundos pensamientos y se eche atrás.
Si necesitas más tiempo para ponerte el preservativo, simplemente dedícate a besarla en los senos o en el ombligo mientras utilizas ambas manos para hacer los ajustes necesarios. Esto te ayudará a mantener su excitación mientras espera.
Abrir un preservativo en momentos de efervescencia puede ser más difícil de lo que uno cree. En lugar de tirar como si fuera una bolsa de papas fritas, desgarra el paquete con cierto cuidado. Puedes hacerlo desde el centro (no necesariamente desde las esquinas) y verás que es mucho más sencillo.
Si te encuentras con una compañera sexual habitual (no una aventura de
una noche), puedes pedirle que te coloque ella misma el preservativo.
Delegar la tarea en otra persona puede hacer que el proceso tome algunos
instantes más, pero al mismo tiempo puede ser una actividad enormemente
excitante para ambas partes.
Mantén tu tamaño
A la hora de ponerte el preservativo, colócate de rodillas sobre el colchón e inclínate ligeramente hacia delante. Hay dos razones para hacer esto: en primer lugar, la sangre fluirá hacia tu aparato sexual y evitará cualquier encogimiento (ya sea debido a los nervios o al exceso de bebida). En segundo, te pondrá en una buena ubicación para el próximo paso.
No es recomendable ponerse el preservativo mientras estás recostado de espaldas, ya que la sangre se escapa del pene y, al mismo tiempo, deberás maniobrar para ponerte en posición de largada (a no ser que quieras que ella comience el trabajo).
En caso de emergencia...
Necesitarás un plan de batalla en caso de que lo inimaginable ocurra
(una ruptura o, en el peor de los casos, que el preservativo se deslice
y se salga y quede en su interior.
Sólo existe 1 posibilidad en 50 de que un preservativo se rompa durante
el acto sexual, pero de golpe sientes que se exacerba la sensibilidad,
estás ante una buena señal de que el preservativo ha fallado.
Llegado este punto, detente y revisa la situación. Si no abordas la
cuestión con absoluta seriedad, te expones potencialmente a enfermedades
o a una inminente paternidad.
Además, una vez que ella descubra que has decidido continuar la función
a pesar de la rotura, es posible que de por terminado el show.
Si el preservativo se ha roto o deslizado, libérate del mismo y cámbialo
por uno nuevo. En cualquier caso, debes estar al tanto de que ella
podría fastidiarse con la situación y querer detener la relación de
todas maneras.
Antes de agarrar un nuevo preservativo, asegúrate de haber localizado el
anterior. Si no está por ninguna parte, es bien posible que haya quedado
en su interior.
En este caso, es posible que ella deba retirarlo por cuenta propia en el
toilette, terminado definitivamente con el clima y la excitación.