Los síntomas
del sindrome de fatiga crónica
suelen ser:
a) Sensación de cansancio y falta de energía, aunque no hayamos efectuado
ningún esfuerzo físico intenso que podamos identificar como causa.
b) Inicio de la jornada diaria con
cansancio y abatimiento, aunque hayamos
dormido suficientes horas.
c) Sentimientos de desánimo y tristeza, aunque aparentemente todo en nuestro
mundo esté en orden.
d) Contracturas musculares y dolores corporales.
Los
tratamientos
habituales consisten en ingerir medicación (y en este terreno
no incursiono porque no poseo formación médica) y/o tratar de autoconvencernos
de que no tenemos motivos para sentirnos cansados.
¡Lo curioso es que aunque no tengamos motivos "razonables" para sentirnos
así, lo obvio es que sí nos sentimos! Ambas búsquedas de solución
suelen aportar, en el mejor de los casos, alivios transitorios
pues no actúan sobre las verdaderas causas de lo que experimentamos.
La fatiga crónica nos afecta en varios ámbitos: nos sentimos mal, desanimados,
"apagados", tristones, "bajoneados", incómodos en nuestros
cuerpos, desmotivados sexualmente y en general, con una clara sensación
de desmotivación para vivir en plenitud.
Desde la Psicología Energética y EFT (Técnicas de Liberación Emocional),
tenemos otra visión del problema.
Basándonos en la premisa de que "toda perturbación emocional tiene como
causa una distorsión en nuestro sistema energético" y que esa perturbación
a su vez se manifiesta en el nivel físico, lo que hacemos es
actuar sobre el bloqueo energético.