Corchos
La próxima vez que abra una botella de un malbec con buen cuerpo o celebre con
una botella de Champagne añejo, guárdese el corcho. Con un poco de paciencia
usted podrá juntar suficientes corchos como para hacer decenas de artesanías
caseras.
El proyecto más común es una cartelera o panel de corcho. Pegue alrededor de un
centenar de corchos en un tablero o dentro de un marco colorido.
Para elaborar una alfombra de baño de corcho, corte los corchos por la mitad
longitudinalmente y, utilizando pegamento caliente, pegue los lados planos de
los corchos a una hoja de papel [fuente:
Ewing].
Incluso aunque usted sólo tenga un puñado de corchos, puede ser creativo. Haga
un llavero flotante colocando un tornillo de tirabuzón en un corcho. También
puede tallar una forma divertida en el extremo de un corcho para hacer unos
prácticos sellos .
O use pedazos delgados de corchos y péguelos en las puertas para que sean a
prueba de golpes.
Botellas de compresión
En las cocinas de los restaurantes de lujo, junto con los costosos cuchillos y
las sartenes especiales del chef, pueden encontrarse simples envases de plástico
de compresión.
Los chefs llenan estos envases con aceite de oliva, salsas personalizadas y
condimentos picantes, para agregarle un toque de sabor o color a un plato. Usted
puede comprar los mismos envases para la cocina de su casa, o ahorrarse unos
pesos reciclándolas.
La próxima vez que haga panqueques, tome una botella de ketchup y coloque en
ella la masa; luego, podrá servir porciones perfectas, sin goteos ni derrames.
Vuelva a llenar botellas de aderezos para ensaladas o lave (muy bien) las
botellas vacías y llénelas con salsas casera para agregarle al helado.
Las botellas de compresión recicladas también pueden resultar útiles fuera de la
cocina.
Llene botellas viejas de miel con témperas para que los niños puedan dibujar o
coloque jabón líquido para manos en un frasco de mostaza.
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