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Buena lectura para el control del estrés

Estás agobiado. No puedes sacar de tu cabeza ni por un momento esos malditos problemas financieros. ¿Y si la solución estuviera en un buen libro? Tal vez, tus problemas queden de lado si te transportas a un mundo imaginario…

Un buen libro ayuda al manejo del estrés 

Puedes viajar a playas paradisíacas de arenas blancas y disfrutar de los deportes acuáticos en las aguas cristalinas. Puedes viajar a ciudades imaginarias y enfrentarte a los monstruos más espantosos provenientes de los ilimitados abismos exteriores.  

Incluso puedes llenar tus ojos de lágrimas en un instante y al siguiente puedes estar riendo sin parar. Sí, todo eso puedes hacer, y más. Todo gracias a la literatura. 

La lectura de una buena novela o de un cuento abrirá una nueva ventana al mundo y te dará una visión de las cosas que nunca creíste posible. Y como si fuera poco, existe un beneficio colateral: la lectura es una de las mejores formas de reducir tus niveles de estrés e incluso de solucionar los problemas que estén acosándote. 

Leer es un gran escape de la realidad, que funciona muy bien para quienes buscan relajación. Cuando un buen libro te atrapa, pones al resto del mundo y todos sus problemas fuera de tu mente, mientras tu imaginación es transportada a sitios distantes para aprender sobre culturas diferentes, y para exponerte a nuevas ideas y filosofías.  

Envía a tu cerebro de vacaciones, y dile adiós al estrés 

Básicamente, tu cerebro se está tomando unas vacaciones (unas verdaderamente baratas, sobre todo si vives cerca de una biblioteca). 

Desde ya, la lectura es también una buena manera de reducir el estrés, al obtener el conocimiento que necesitas para resolver problemas. Por ejemplo, digamos que tienes sobrepeso y esto te repercute en forma de estrés.  

De hecho, mientras más subes de peso, más estresado te sientes, lo que te lleva directamente al refrigerador para ahogar tus penas en más comida. En lugar de seguir alimentando este círculo sin final, ¿por qué no leer un buen libro sobre nutrición que contenga información didáctica acerca de cómo preparar mejores comidas, con menos calorías y menos grasas?  

Éste podría ser el puntapié inicial para comenzar a solucionar el problema del sobrepeso, que podría llegar a desaparecer y llevarse consigo al estrés que acarreaba. 

La lectura, asimismo, puede ser una gran fuente de esperanza, proporcionándote las ideas e inspiración necesarias para aliviar tu estrés.  

Las biografías y las historias que narran el paso de la pobreza a la riqueza de personajes famosos podrían enseñarte a sobreponerte a los duros golpes de la vida. Estas historias de triunfo, en ese sentido, ofrecen a sus lectores la posibilidad de encontrar nuevas formas de superar los más empinados obstáculos. 

Por supuesto, existen ocasiones en que la lectura puede incrementar tu nivel de estrés. Por ejemplo, si estás estudiando para un examen, o leyendo sobre tragedias en tu periódico habitual, podrías experimentar un incremento del estrés.  

De modo que es importante elegir el material de lectura con cuidado. Si te estás sintiendo estresado, ¿por qué no escoger un libro que te ayude a relajarte? Un buen libro de viajes o de cocina, o un libro de poesía son elecciones mucho más sabias que revistas de noticias llenas de historias sobre los tópicos que causan mayor inquietud en el mundo. 

Autoayuda para el control del estrés 

Los libros de autoayuda también son muy efectivos para reducir el estrés. Éstos alientan al lector a explorar sus propios sentimientos y recomiendan técnicas determinadas de relajación como escuchar música lenta, aprender a tocar un instrumento musical, o controlar la respiración para enfrentar distintos tipos de situaciones estresantes. 

Uno de los mejores aliviadores de estrés son las buenas novelas, que actúan como una medicina sin los efectos colaterales de las drogas. Cuando lees una buena historia, ya sea ficción histórica, un thriller de misterio o una comedia, eres transportado lejos de tus ansiedades y frustraciones.  

Le permite a tu imaginación correr libre y te hace sentir fresco y revigorizado. Cuando estás leyendo, estás forzado a concentrarte, a ejercitar tu mente de una forma en que la pasividad de mirar televisión o películas no puede equiparar.    

En definitiva, no importa qué leas sino cuánto leas. Trata de leer mientras esperas en la fila del supermercado y en la del banco, o mientras ejercitas en tu bicicleta fija. Cuanto más leas, más querrás leer, ya que rápidamente sentirás los beneficios a corto y largo plazo en términos de reducción de estrés. 

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