El mar mediterráneo es, sencillamente, impresionante, ya sea que lo contemples desde el
aire –cuando tu avión esté aterrizando por primera vez en Nice- o mientras estás
caminando a lo largo de las playas rocosas de Cannes.
Las aguas
siempre son claras y permanecen cálidas durante seis meses al año, y sus colores
cambian según su antojo –turquesa, esmeralda y zafiro-. En el invierno, aunque
está muy frío para nadar –salvo para las almas más valerosas-, el color de las
aguas imita el gris de las nubes, y puedes disfrutar de las playas desiertas y
de los vientos frescos mientras caminas por la costa.
Las
opciones de alojamiento son muchas en Provenza. Hospédate en un hotel cuatro
estrellas y encuéntrate durmiendo sobre sábanas de algodón egipcio, en una cama
alguna vez utilizada por reyes y reinas.
Hay
encantadores cabañas en las que, aparte de alojamiento, sirven comidas caseras y
en las que puedes obtener datos históricos y recomendaciones un cuanto a los
lugares a visitar. Si estás en busca de paz y tranquilidad, podrías hospedarte
en un antiguo monasterio y quedarte en sus pequeñas y silenciosas habitaciones,
con paredes de gruesa piedra, o disfrutar de sus jardines exteriores con grandes
fuentes donde el romero silvestre y el tomillo crecen abundantemente.
Las
personas de Provenza son amistosas y serviciales. Ellas no se molestarán si tu
francés es un poco tosco, y buscarán una forma de comunicarse contigo y de
contestar a tus preguntas.
El clima
en Provenza
Cada
estación tiene sus encantos particulares. En primavera, las mimosas están
adornadas con delicadas flores amarillas, las amapolas rojas crecen a lo largo
de la carretera y hay campos de tulipanes que nada tienen que envidiar a los de
Holanda.
En
verano, las frutas suculentas son abundantes por doquier, las hojas de las
parras se convierten en un infinito “mar de color verde”, cuando son vistas
desde la ruta, y el mar mediterráneo ofrece un respiro del calor tropical.
Durante
el otoño, las parras están pesadas y llenas de sus frutos. Las hojas rojas,
amarillas y naranjas visten los árboles en espléndidos mantos, y los festivales
comunales se suceden casi a diario.
El
invierno, por otra parte, se muestra lleno de días templados y soleados, aunque
con una afluencia mucho menor de turistas.
Provenza
es un sitio ideal para unas vacaciones perfectas en cualquier momento del año.
Este lugar es tan espectacular que incluso aquellos visitantes que atraviesan
casualmente sus rutas se ven en dificultades a la hora de decir adiós.
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