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Una mascota diferente: el Hámster

Tal vez le resulte costoso criar un perro o un gato, pero no por eso debe quedarse sin la compañía de una mascota, por lo que también podría probar con los simpáticos hámsteres

 


Estos graciosos roedores desciende de una cruza de otros tipos de roedores, que
fueron capturados por el Dr. I Aharoni en 1930, en el norte de Siria.

Como
guardan las semillas de su alimento en unas bolsitas que poseen en la piel de
sus mejillas, (abazones), se les dio el nombre de hámster, que en alemán
significa “acaparar”. El primer lugar al que se los transportó, fue a
Inglaterra, donde gozaron de mucha aceptación popular, por lo que en 1938, se
exportaron a todo el continente americano.

Su
tamaño raramente supera los 17cm., (incluida la cola), su peso fluctúa entre 50
y 150 grs., y su tiempo de vida es de aproximadamente 2 a 3 años.

Los hay de
varios colores, pero en su mayoría son castaños con manchas. En el único lugar
donde no se los puede tener (salvo que se los mantenga en un criadero especial),
es en las zonas frías, puesto que su organismo solo está preparado para los
climas cálidos.


Además, son animales muy limpios y ordenados, y en su hábitat natural, por
ejemplo, realizan túneles que pueden llegar a tener hasta 15 metros de largo,
lugar donde  construyen, bien separados, su madriguera, su “alacena” para
almacenar los alimentos, e incluso un espacio “sanitario”.


Poseen periodos de celos muy seguidos, que comienzan cuando finaliza la
lactancia de la anterior cría. Suelen tener de 10 a 12 hijos, que nacen ciegos y
pelados. Si se los expone a estos recién nacidos la humedad y el frió, pueden
llegar a sufrir enfermedades infecciosas o el contagio de ácaros que les
provocan dermatitis y caída del pelo.


Sus cuidados
q

Un
elemento fundamental para la cría de los hámsteres, es no dejar de cambiarles el
agua por lo menos cada tres días, ya que en el caso contrario podrían llegar a
enfermarse del estómago, lo cual les puede producir diarreas potencialmente
mortales.

Un
hábitat correcto, son las jaulitas especialmente preparadas (se venden en
veterinarias) que poseen rueditas de ejercicio, bebedero y comederas.

La medida
óptima es de 65cm. de longitud, por unos 40cm. de ancho y 30cm. de alto, para
que al crecer puedan tener un amplio espacio para moverse. Su base debe estar
repleta de virutas de aserrín de madera, y, en el caso de que se los haga tener
cría, un nido que les sirva para paridera.

Su
alimentación es base de semillas y frutos, y se pueden conseguir comidas
especialmente preparadas en cualquier veterinaria.

Sin embargo, también es
necesario que la balancee con verduras lavadas (crudas o cocidas), frutas secas,
y derivados lácteos. También son muy buena la avena, semillas de girasol, maíz,
maní, u otros alimentos no perecederos, puesto que como suelen acumularlos,
estos no deben tener la posibilidad de pudrirse y juntar bacterias.

No
es necesario que se los bañe (puesto que se asean solos), pero si es importante
que se les cambien, por lo menos una vez cada tres días, las virutas de la
jaula, y que además se limpien constantemente todos los objetos que allí se
encuentran (ruedita, escaleras, bebederos, comederas, etc.) .


Sus enfermedades


Estas son las enfermedades que podría sufrir un
hámster, y así se las debe
evitar:

1.
Diarrea:

Como vimos, puede producirse a causa del agua o alimento en mal estado, y
también por una excesiva alimentación de frutas o vegetales.

2.
Cola húmeda:

Se trata de una enfermedad mortal, ya que es altamente infecciosa. Para
evitarla, debe tener la jaula siempre limpia, y darle una alimentación fresca y
libre de impurezas.

3.
Ojos llorosos:

Cuando existen problemas con las bolsas (abazones) situadas junto a sus ojos,
estos pueden hincharse. Se los debe lavar con agua tibia, y no darle de comer,
por un tiempo, comida pesada.


Por último, se debe estar alerta de no exponerlo a los rayos del sol ni a los
cambios de temperatura muy bruscos.


Su cría

Si
desea reproducirlos, debe ponerlos en colonias de un macho y tres hembras, y, al
cabo de 9 o 10 días, llevar a las hembras embarazadas a otra jaula con viruta y
paja. Las mismas construirán un nido como los de de los pájaros, y se encargarán
de todas los cuidados de sus crías, sin necesidad de la intervención del hombre.