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Ser padres: “Un deseo compartido”

Cambian las épocas, las costumbres y los modelos de familia. Pero hay algo que permanece intacto: el deseo de ser padres…

En la antigüedad, la fecundidad implicaba la memoria de los pueblos, un hijo era garante del recuerdo de sus mayores y daba continuidad a su comunidad.

La falta de descendencia, estaba asociada a un castigo divino.Todas las bendiciones bíblicas se vinculan a la multiplicación de la progenie. Así es como un hijo, representa la posibilidad de trascender los límites temporales a través de la posteridad.  

Un niño, al nacer anuda la relación entre sus padres, y se encadena al suceder de las generaciones como portador de los ideales de su linaje.

El deseo de un hijo, en la mujer, deviene desde edad muy temprana, en sus fantasías y en sus juegos, representa el ser mama:”cuida a sus bebes, los lleva a pasear, les da ordenes, etc.”

La niña se identifica con los emblemas culturales respectivos al propio sexo. En general por intermedio del juego, tratará de obtener un saber a sus interrogantes, a sus miedos, a su angustia, cuestiones propias de la niñez (miedo a la perdida de amor de sus padres, a la separación, a la oscuridad, curiosidad sobre la sexualidad, la vida y la muerte).  

El ser padres, es correlativo del ejercicio de una función y como tal no es producto de su capacidad reproductora. Implica la aceptación de ciertas normas y leyes de esa cultura en particular.

Podemos diferenciar los roles materno y paterno: cuando nace un bebé, la madre, es la que ofrece los mayores cuidados; con su pecho lo alimenta y al mismo tiempo lo mima, lo acaricia, lo mira, le habla, transformando este acto alimenticio en un acto de amor.

El padre, le ofrece en primer instancia su apellido, nombra a este niño como miembro de su sangre y regula, limita la relación del niño con su madre, permitiendo que la madre pueda tener otros intereses más allá de su hijo y que este se pueda ir diferenciando como individuo.

Esta función que debe ejercer el padre o alguna figura masculina, no es la única que le compete.

El padre se ofrece a jugar con el niño, a brindarle su amor en actividades como ser: el momento del baño, la hora de dormir, hacerle escuchar su voz para que el niño se familiarice, y en estas épocas, “también cambian pañales y dan la mamadera”.       

¿Qué sucede cuando una pareja ve frustrado el deseo de tener un hijo? 

La esterilidad, tiene diferentes significados para el hombre y la mujer.Si para el hombre la esterilidad puede ser asociada erróneamente en sus pensamientos inconscientes a la impotencia, al “no poder”, para la mujer toma la significación de “no ser”.

En la mujer, el deseo de un hijo, se diferencia del deseo de maternidad,  en este ultimo el hijo daría identidad a la mujer, igualaría el ser mujer a ser madre.

Podríamos decir que le da completad a la mujer, no pudiendo diferenciar otras posibilidades de apertura para la mujer como ser: el trabajo, actividades artísticas, intelectuales, etc.

Cuando hay un verdadero deseo de hijo, los padres aceptan sus propias limitaciones y frustraciones no pretendiendo que el ser por venir tenga el mandato de cumplir con lo no realizado por ellos. 

En la época actual hay muchos factores que inciden en la dificultad de procrear: somáticos, psicológicos, culturales, etc. Debe tenerse en cuenta que la esterilidad es una problemática inscripta en el vínculo y no en alguno de los miembros de la pareja: ya que ninguno de los dos puede, en este proyecto en común, independizarse del deseo del otro. 

Muchos de los interrogantes que se plantean en una pareja al momento de tomar la iniciativa de ser padres, son los siguientes:

– ¿Con la llegada de los hijos se completa o se cumple con un fin propio del ser humano?

– ¿Hay un deseo de trascender a través del otro?

– ¿Se responde a mandatos culturales?

– ¿Es un acto creativo supremo?

– ¿Es un acto de amor?

Podemos decir, que a través de los tiempos, en cada época, donde puede dominar la religión, el cientificismo o la era cibernética, dando diferentes significaciones a lo que es ser padres, ser hijos, conformar una familia, lo que queda intacto es el deseo de ser padres. 

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