Cómo proteger tus ojos ojos sin gafas ni lentes

Una buena visión no comienza por la visita a la óptica, sino por proteger tus ojos de los estímulos que los dañan. ¿Cuáles son los principales cuidados que hay que tener?  

Cómo proteger tus ojos ojos sin gafas ni lentes


 

  

Los ojos son uno de los más importantes de los cinco sentidos. Los necesitamos para ver y disfrutar el mundo que nos rodea. Nos permiten leer y trabajar.

 

Nos ayudan a recordar las imágenes que vimos alguna vez, y hacen que nuestros sueños cobren vida por la noche.

Los ojos también son sensibles y vulnerables al daño externo. Son uno de los pocos órganos que están por fuera del cuerpo, protegidos solamente por una fina capa de piel, los párpados.

El sol y tu vista

El sol es algo poderoso. El sol es bueno para su piel, y ayuda a fijar Vitamina D.

A diario pasamos, al menos, una hora al sol. El sol tiene grandes poderes curativos, y la luz natural es tan importante como la comida, el agua y el aire.

Nunca mire directamente hacia el sol: por supuesto, este puede quemarle las retinas. Use algún tipo de protección, como una visera o un sombrero que proteja los ojos.

La tecnología contra los ojos

Los televisores y los computadores se usan a diario, pero son dañinos para los ojos. Fuerzan a los ojos a mirar fijo por demasiado tiempo, y no les permiten suficiente movimiento.

La distancia y el ángulo nunca cambian, por lo que los ojos siguen viendo un objeto fijo por demasiado tiempo, en especial en los ordenadores.

Cada tanto mire hacia otro lado, y enfóquese en cosas que estén lejos, para dar a sus ojos la posibilidad de moverse y ajustarse. Intente no pasar el día entero frente al televisor o, al menos, deje que sus ojos divaguen durante los comerciales.

Leer hace bien

La lectura nunca es dañina para sus ojos, aunque ayuda mucho disfrutar lo que se está leyendo. Los ojos se relajarán más cuando lea una novela que cuando lea un libro de textos lleno de información.

Aprender a relajarse sin importar el tema de lectura es la clave de disfrutar de la lectura. Las luces tenues y las impresiones pequeñas pueden ser problemáticas al principio, pero los ojos se ajustarán y relajarán.

Leer en la cama puede ser relajante, y leer mientras se traslada en coche no tiene por qué marearlo.  

Los peligros de mentir

Todos hemos dicho una mentira alguna vez. Una mentira es cualquier cosa que no es verdad.

Quizás se restó algunos kilos en su licencia de conducir, dejó que las personas le creyeran al decir que es un poco menor, o simplemente ocultó la verdad por completo a alguien; todas esas son mentiras.

Las mentiras blancas nos hacen sentir mejor, y nos evitan herir a otros, pero el daño está en los ojos.

 Mentir hiere y daña los ojos, sin importar cuán chica sea la mentira. Mentir aporta tensión en los ojos, y les evita trabajar de manera apropiada.

Por una parte, debe inventar la mentira y luego recordarla en detalle, para no ser atrapado.

Esta concentración extra y esta tensión en los ojos causan daños.

Los profesionales usan una retinoscopía para ver quién les está mintiendo. La retinoscopía funciona mejor que el análisis del polígrafo, debido a que los ojos no mienten, aún si usted miente.

El análisis de retinoscopía busca la refracción, la capacidad del ojo de enfocarse en la luz. Una mentira cambia la forma en la que el ojo ve, y la manera en la que se retrae de la luz.          

Alguien que miente diariamente de hecho comienza a creer en sus propias mentiras, pero la mente sigue conociendo la verdad.

También la mente tiene una forma extraña de descifrar su propia realidad, especialmente si se ha entrenado para creen en sus propias mentiras.

Ahora, puede comenzar a oír las cosas que quiere oír, retorciendo la verdad para adecuarse a su propia realidad. Oír lo que quiere oír puede causarle serios problemas, y algunas grandes discusiones.          

La tensión en los ojos puede hacerle perder el enfoque y la concentración. Sus conversaciones con otras personas no resultarán bien, debido a que no podrá escuchar lo que le están diciendo en verdad.

Las discusiones serán difíciles, porque su mente no logrará manejar la verdad, o tomará de ello sólo lo negativo.        

Si se siente tensionado y malinterpretando lo que los otros le están diciendo, es momento de dar un paso atrás y retomar el enfoque.

 Tome algunos minutos para relajarse, y retome sus proceso de pensamiento natural para volver a la normalidad.

Si está tensionado, no estará aportando mucho a la conversación, y parecerá parcial ante la otra persona. De un paso atrás, relájese, y luego retome la conversación cuando en verdad se sienta satisfecho y sincero.

Por Gabriel Lema
Autor de "Mejora tu visión- Cómo librarse de las gafas y lentes de contacto ahora mismo"

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