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Qué es un brainstorming y cómo comenzar

Término muy usado en la actualidad por las empresas, el brainstorming o “tormenta de ideas” es una técnica para generar soluciones a conflictos o problemas o encontrar nuevos caminos e ideas novedosas, y de hecho podría ser muy útil para aplicar en su propio trabajo u hogar. Aquí, los cinco pasos para llevarla a cabo.

La mayoría de
los problemas no pueden ser resueltos automáticamente por la primera idea que
viene a la mente, y es por eso que, para llegar a la mejor solución, es
importante considerar muchas soluciones posibles.

Uno de las
mejores maneras para de hacer esto es el brainstorming o la “tormenta de
ideas” lo cual no es ni más ni menos que una técnica para gestar muchas
ideas, y determinar cuál de todas ellas resolvería mejor el problema.

Este recurso
es muy efectivo para las empresas y los grandes grupos de gente, y de hecho
puede llegar a obtener resultados impensados por cada una de estas personas por
separado.

Una de sus
condiciones es que sea realizado en un ambiente relajado. Así, si los
participantes se sienten libres para ser tontos, y no tener prejuicios, ellos
ampliarán más sus mentes más y por lo tanto producirán ideas más creativas.



Para realizar
la técnica de la “tormenta de ideas” se necesitará una pizarra, un
marcador, un reloj, y un grupo de gente dispuesta a dar rienda suelta a toda su
creatividad.


Por cierto, un
brainstorming se realiza mejor cuando se encuentra implicado un grupo grande de
gente, que tenga asimismo variadas personalidades.

En este sentido, si se
encuentra en cierta división de una compañía, no haría mal en invitar a otra
gente, provenientes de otras secciones, que seguramente estarán más alejadas del
problema y podrán ser más objetivas para racionalizarlo, a participar de este
trabajo.

De hecho,
cuanto más variado sea el grupo, más amplios serán sus resultados y la mayoría
de las gamas creativas de las ideas.


El procedimiento

1. El líder y el anotador Dentro del
grupo, pequeño o grande, se debe escoger un líder y un persona que grabe y
anote las ideas (puede ser la misma persona). Esta persona deberá establecer
las reglas para la sesión, lo cual deberá incluir permitirle tomar el control.



2. Defina el problema (Siempre
teniendo en cuenta que esta palabra no es necesariamente negativa, sino que el
problema podría ser “encontrar formas más originales y efectivas de plasmar
la comunicación corporativa”).

Escriba este
problema concisamente, y cerciórese que todos lo entiendan y estén de acuerdo
con la manera en que el mismo fue planteado.


3. Dense un plazo Generalmente, se
recomienda alrededor de media hora, aunque todo depende de los casos
particulares, ya que los grupos más grande pueden necesitar más tiempo para
que todos puedan expresar sus ideas.

4. Todos participan, nadie crítica. Nadie debe
quedarse afuera de la tormenta de idea, más allá de sus cargos o status en la
empresa. Todos deben expresar soluciones al problema, mientras una persona
escribe las ideas.

ES MUY IMPORTANTE
que nadie critique las ideas de los otros, por más tontas que puedan parecer,
las cuales también deben ser anotadas. Se debe incentivar la risa y la
comodidad, y censurar la crítica.

Esto es así
por que lo que se desea, es alentar el flujo ideas libres y positivas, y si los
participantes comenzaran a temer la crítica de sus ideas por parte de sus
pares, podrían dejar de generarlas y expresarlas. Asimismo, las ideas que en un
principio parecen tontas, pueden luego resultar muy buenas, o bien pueden llevar
a otras ideas, también muy buenas.


5. Cinco ideas principales, una final. Una
vez que el tiempo termina, se deben escoger las cinco ideas que más se
aprecian, para lo que debe asegurarse que todos, o la mayoría, estuvo de
acuerdo en aceptarlas.

En este
sentido, para juzgar que ideas resuelven mejor el problema, no sería malo anote
cinco o seis criterios que restrinjan el campo de elección. Estos criterios
podrían ser, por ejemplo, “es económicamente posible”, “debe
ser rentable”, “es legal”, “está a nuestro alcance en términos
de personal”, etc.


6. La elección final Para elegir
la idea final que resolverá el problema, se podrá segmentar el grupo en
aquellos participantes directamente involucrados por la misma. Por ejemplo, si
tiene relación con la publicidad, lo mejor será que sólo participen los diseñadores
y redactores, para ver su factibilidad.


En
cualquier caso, el proceso de elegir una buena idea entre sólo cinco (y
buenas), será mucho más sencillo que partir de la nada.



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