Doctor   Aventuras y desventuras de mi amiga perdida en un s-shop
No hay nada más divertido que la charla entre mujeres, siempre encontramos motivos para reírnos, de nosotras mismas y de la otra con la otra, y así. Y si encima esas mujeres son amigas, ¡ni que hablar!...
 

 

 

 

Jajaja, jejejeje y jiijijiji, serán una constante en la conversación.  Siempre nos las arreglamos para hablar.  Lo mejor es, de lejos, FACE too FACE y tete a tete, como corresponde.  Pero si no, no con los teléfonos y el msn, alcanzan; claro no es lo mismo, pero para un caso de urgencia, sirve. 

Las empresas telefónicas están más que felices sobre todo con nosotras, porque si fueran por los monosilábicos de los hombres, se morirían de hambre; pobres.  Decía que el celular es un elemento de gran ayuda para la mujer porque si se encuentra en apuros con los hijos, con su marido, con su amante, con su amigo con derecho a roce o en cualquier situación digna de ser contada a su amiga, lo mejor es hacerlo en el acto. 

Bueno tampoco la pavada, obviamente que no en medio de posturas y convocando a los dioses del Olimpo, pero una vez que todo terminó con bombos y platillos y fuegos artificiales como corresponde y él partenaire en cuestión se quedó dormido hasta la próxima, no hay nada mejor que, en vez de mirarlo a él, porque ya lo vamos a derretir de tanto hacerlo, peguemos un salto, manoteemos el celular, de él o el nuestro y parloteemos con lujos de detalles con nuestra confraterna. 

Rezando porque esté.  Y que no esté justo ella también en un revolcón como Dios manda, por supuesto; porque en ese caso deberemos esperar pacientemente para hacer un jugoso intercambio de detalles. 

Y las amigas solemos llamarnos, como decía, desde lugares insólitos. 

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