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Nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicios

Según un estudio reciente, la edad de comienzo tiene una importancia relativa para determinar los efectos beneficiosos de la actividad física. En otras palabras: ¡ Nunca es tarde, comienza ahora mismo!

El sentido común dicta
que aquellos “barrigones” que han cruzado la barrera de los cincuenta, ya no
podrán alcanzar el estado físico que algún tiempo tuvieron. Pero como en muchas
oportunidades, el sentido común engaña, sobre todo cuando se lo contrasta con
las pruebas científicas.

 En un estudio de más de
30 años llevado a cabo por la Universidad de Texas, de Estados Unidos, se
evidenció que el inicio de un rutina de ejercicios, -moderados pero
consistentes-, a los cincuenta años, podía lograr regresar la aptitud física al
mismo nivel que en la juventud. Además, se pudo comprobar lo nocivo que resulta
la falta de ejercitación física, a cualquier edad.

 El relevamiento
realizado, se inició en 1966. En ese entonces, cinco estudiantes universitarios
de alrededor de 20 años, en buen estado de salud, aceptaron voluntariamente
permanecer veinte días seguidos en cama, luego de una etapa de intensa actividad
física.

 Finalizado este período,
la gran mayoría tuvo serias dificultades para retomar sus actividades
habituales, desde conducir un auto hasta subir una escalera, lo que indujo a los
investigadores a pensar que la aptitud física tenía mayor relación con el
ejercicio físico que con la edad.

 Estas mismas cinco
personas, son hoy hombres que han cruzado la barrera de los cincuenta, y todos
ellos han aumentado de peso. Por eso, la misma Universidad pudo comprobar las
hipótesis obtenidas en el estudio iniciado treinta años atrás, chequeando si
estas personas tenían una aptitud peor que la que tenían luego de sus “20 días
de cautiverio”. 

 En efecto, los
científicos observaron que su capacidad aeróbica era mejor que treinta años
atrás, inmediatamente después de levantarse de los 20 días de cama. E incluso,
luego de una rutina de ejercitación física moderada e intensa, que se extendió
durante seis meses, estos hombres regresaron al mismo estado físico que el que
tenían a los veinte años, en condiciones normales.

 Si bien es cierto que no
se pueden tomar estas evaluaciones como definitivas, por la razón de que un
grupo de cinco personas es algo reducido para extraer conclusiones
generalizadas, los científicos afirman que la rigurosidad del estudio hace
pensar que el siguiente axioma podría ser aplicable a la mayoría de las
personas: “toda persona es entrenable, cualquiera sea su edad”