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Me dijeron que tengo la próstata agrandada, ¿y ahora?

Sepa qué es y cómo se trata la hipertrofia prostática, uno de los problemas más comunes en los hombres después de los cincuenta años.

La
próstata es una glándula
por debajo del peritoneo, de 20 gr. de peso, que
circunda la uretra y se ubica entre el recto y el pubis, en la pelvis.

De
forma similar a una castaña, su base mide normalmente 2cm por 3 cm y su altura
es de 4 cm.

Su
secreción da volumen al liquido seminal y aporta fructosa que es el principal
nutriente del espermatozoide móvil. Tiene además un elevado nivel de
bicarbonato en su composición química que facilita el medio alcalino que
favorece el paso de las gametas hacia la cavidad uterina.

La
Hiperplasia Prostática es el tumor benigno mas común del sexo masculino.

Se
manifiesta a partir de los 50 años aproximadamente, y su incidencia aumenta con
la edad.

El
25% de los hombres de mediana edad notan cambios del chorro miccional que se
hacen más pronunciados con el curso de la vida.

El
estimulo hormonal
androgénico se considera un requisito para el desarrollo de
la hipertrofia prostática.

La
testosterona secretada en un 90% en testículos y en un 10% restante por las glándulas suprarrenales, es un potente estimulante del crecimiento prostático.

Existe
una relación entre los niveles de estrógeno-andrógeno cuyo desequilibrio
generaría este problema en el hombre adulto.

Los
síntomas provocados por el adenoma benigno de próstata suelen tener larga
evolución, mientras que la manifestación de un cáncer de próstata por lo
general es sorpresiva y sin ningún tipo de síntoma de alarma.

La
frecuente existencia de antecedentes familiares conduce a la sospecha de un
factor de inducción genética y su alta prevalencia en Occidente motiva la búsqueda
de factores predisponentes ambientales.

Se
presume una causa multifactorial que estimula
la proliferación de elementos celulares glandulares.

El
crecimiento expansivo comprime sectores vecinos de glándula normal, conduciendo
a su atrofia y al desarrollo de un plano fibroso que permite su extracción quirúrgica.

La
manifestación clínica de obstrucción urinaria depende de la ubicación
espacial de los nódulos, en relación con la uretra.

Como
respuesta a la dificultad de vaciado vesical, se produce un proceso de
hipertrofia e hiperplasia de la pared vesical.

Este
mecanismo limita la capacidad de la vejiga y expresa los síntomas irritativos
del prostatismo que motiva la consulta con el urólogo:

  • Disminución
    del calibre y fuerza del chorro miccional

  • Retardo
    en el inicio de la micción

  • Sobrecarga
    de la vejiga

  • Polaquiuria
    (ganas de orinar muy seguido)

  • Nicturia
    (orinar muy seguido de noche)

  • Urgencia
    miccional e incontinencia

  • Micción
    lenta, intermitente y vacilante con dificultad del vaciado vesical.

La
sensación de micción incompleta y tenesmo (sensación de necesitar seguir
orinando) vesical, reflejan grados progresivos de obstrucción, acompañado
por sensación de peso perineal (en la región ubicada entre los testículos y
el ano).

Ante
la obstrucción se pueden desarrollar divertículos en la vejiga y dilatación
progresiva de los uréteres, lo que puede desembocar en un cuadro de
Insuficiencia renal crónica, si no se trata a tiempo y correctamente.

El
problema se estudia mediante el tacto y un examen llamado uro-flujometria, un método
no-invasivo y sencillo.

El
flujo urinario máximo menor a 10ml/segundo, certifica la obstrucción. Por el
contrario si supera los 15ml/seg. documenta la ausencia de obstrucción uretral.

De
acuerdo a estos parámetros es posible seleccionar a los pacientes que pueden
andar bien únicamente con tratamiento farmacológico.

La
ecografía permite explorar anatomía, medir dimensiones y calcular peso, también
descarta la presencia de tumores insospechados, evalúa la pared vesical,
detecta divertículos y mide volumen residual post-miccional.

Por
último, se hacen análisis de sangre para determinar los niveles del antígeno
prostático especifico (APS) y de la fosfatasa
ácida sérica, para descartar la presencia de un tumor maligno que recién está
comenzando (y detección temprana es prácticamente equivalente a posibilidad de
curación).