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Los mitos de la esterilización

Según datos de la Sociedad Mundial de Protección Animal, una perra normal con una vida reproductiva de seis años puede generar una prole de cien individuos, mientras que cada gata puede dejar un legado de hasta doscientos descendientes. Basta realizar unas sencillas multiplicaciones para convencerse de lo escalofriante del problema de la sobrepoblación.

Pese a que las características del mal de ojo están bien definidas<br /> desde tiempos inmemoriales

Este
problema forma parte del llamado "ecosistema del abandono". El
incremento no controlado del número de animales de compañía en una ciudad
puede transformar la
convivencia humano-animal en un problema que afecta a la
salud pública: un mayor riesgo de transmisión de enfermedades entre humanos y
animales (zoonosis),
más accidentes y lesiones (mordeduras), además de contribuir a la contaminación
ambiental
por deyecciones de animales tanto en espacios públicos
(aceras, parques, plazas, etc.) como privados (jardines y patios, sitios baldíos,
etc).

Se trata además de una problemática generadora de enfrentamientos sociales
(institucionales, entre vecinos y dentro del núcleo familiar), que es producto
de una inadecuada tenencia de animales domésticos y, consecuentemente, una
inconveniente convivencia humano-animal. Según datos de la Fundación Purina,
el 35% de los animales abandonados son producto de apareamientos no deseados.

La decisión de esterilizar muchas veces es una fuente de conflicto, muchos
propietarios de animales de compañía no están dispuestos a castrar a sus
mascotas por razones "éticas", porque piensan que no tienen derecho a
privarlos de su vida reproductiva.

Se equivocan: Incluso en una jauría en
libertad la mayoría de los machos (y también de las hembras) podrían no
reproducir nunca y no obstante vivir felices y satisfechos toda su vida. Además…
¿y las consecuencias? ¿están dispuestos a hacerse cargo de toda la
descendencia de su mascota? ¿y de no ser así, cuál es la posición realmente
ética y que demuestra más cariño hacia los animales?

Hay que asumirlo; el número de perros y gatos, particularmente en los centros
urbanos, es mucho mayor que el que los humanos podemos tomar bajo nuestra
responsabilidad. (Basta repasar las cifras que encabezan el reportaje)

Ante esta
incuestionable realidad lo que podemos y debemos hacer es evitar la reproducción
y el método más seguro es la esterilización quirúrgica o castración. Una
cirugía relativamente sencilla tras la que en una semana los animales están
completamente recuperados, sin complicaciones secundarias.


Si hablamos de la contracepción medica ya sea oral o inyectable en las hembras,
debemos tomar siempre en cuenta que debería ser considerada como una solución
temporal y que no conviene aplicarla durante toda la vida del animal; los
efectos secundarios (metritis, piómetras, quistes ováricos), muchas veces
obligan de todas formas a una solución quirúrgica. El 80% de los tumores
mamarios son hormonodependientes.

Los animales castrados son más saludables si la castración es temprana (antes
del primer celo, aproximadamente a los 6 meses). Hay que hacer notar que con la
esterilización quirúrgica los riesgos de padecer neoplasias mamarias se
reducen notablemente, así como las posibilidades de transmisión de
enfermedades, los problemas uterinos, ováricos, testiculares y los problemas de
comportamiento asociados al celo, a la búsqueda de pareja y al marcaje del
territorio.

Algunos propietarios consideran natural que sus perritas o gatitas vivan en
semilibertad y periódicamente aparezcan preñadas y den a luz una cierta
cantidad de cachorros los cuales son a veces regalados, abandonados o
sacrificados. No consideran que esto es un problema o no saben cómo resolverlo.

Otros no pueden asumir el gasto de una castración. Estamos hablando de un
problema económico, pero lo cierto es que existen campañas
de castración
gratuitas, aunque lamentablemente a veces dichas campañas
que no llegan a los destinatarios más interesados.

Y también están los que por prejuicios o información incompleta o errónea,
creen que su perra o gata debe tener al menos una cría en su vida, y no saben
que en realidad no lo necesitan, esta teoría no tiene ninguna base real. O los
que trasladan absurdamente a veces sentimientos humanos a nuestras mascotas …
"si lo dejáramos en libertad ¿no sería más feliz?".

Con frecuencia
los veterinarios debemos atender perros y gatos machos enteros que como
consecuencia de esa aparente vida en libertad sufren todo tipo de traumatismos,
heridas, infecciones, etc., resultantes de las constantes riñas entre ellos y
de la agresión de los vecinos hartos de sus gritos y chillidos. ¿Cuáles son
las ventajas de esa libertad?

Pueden existir razones para no castrar, como sucede con los animales de pedigrí
o simplemente porque deseamos un cachorro igual a nuestra querida mascota. Pero
es nuestro deber en estos casos encontrar un hogar para todos los cachorros de
la camada.

Convivir con animales de compañía genera responsabilidades ineludibles.

Fuente:
www.uauau.com