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Disfonías funcionales: cuando falta la voz…

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Cuantas veces nos habrá pasado eso de “me quedé sin voz”. Le explicamos sus causas y qué hacer cuando nos afecta.


 

Entendemos
por disfonía, a cualquier dificultad en la emisión vocal, que impida la
producción natural de la voz, alterándose la intensidad, la frecuencia y el
timbre.

Podemos dividir los disturbios fonatorios funcionales en dos grandes grupos:


Patología funcional sin alteración estructural laríngea: El síntoma aparece
como producto de una asinergia fonatoria, sin que se altere la imagen de la
laringe (la laringe funciona mal, pero su estructura está intacta).

Podemos
mencionar:

a)
Fonastenia: Es la consecuencia del mal uso de la voz, debido a una técnica
vocal inadecuada. Se manifiesta a través de: sensación de cuerpo extraño,
carraspeo, ardor y cansancio vocal.
b) Disfonía Psicógena: Se presenta en pacientes con alteraciones emocionales,
que dirigen su problemática al órgano emisor.
Es de aparición brusca, más frecuente en mujeres jóvenes entre 20 y 30 años.


Patología funcional con alteración estructural laríngea: La disfunción vocal
da origen a la aparición de una lesión laríngea.

Aquí
encontramos:
a) Nódulos: Es una formación benigna de tamaño pequeño, que se asienta sobre
el borde de una ó ambas cuerdas vocales.
Se presenta predominantemente en mujeres adultas, a través de escape de aire y
sensación de cuerpo extraño.
b) Úlcera de contacto: Es un trastorno inflamatorio producido por el excesivo
contacto de las cuerdas vocales.
Se manifiesta frecuentemente en hombres adultos, a través de dolor y fatiga
vocal.

¿Cómo prevenir dichas patologías?

Es aconsejable realizar reposo vocal frente a la presencia de catarro,
resfrío o ronquera.
– Aprender una técnica vocal adecuada.
– Mantener una buena alimentación, ya que las perturbaciones gastrointestinales
tienen una repercusión nociva sobre la voz.
– Evitar la ingesta de bebidas muy frías.
– Evitar el tabaco.
– Evitar los cambios bruscos de temperatura.

Cada
una de las patologías anteriormente descriptas, puede solucionarse desde el
punto de vista fisiológico y psicológico, con un tratamiento específico, que
debe adecuarse a la problemática que presente cada paciente.